Javier López

NUEVO SURCO

Javier López


Tres historias con alma

04/01/2023

Difícil es en estos tiempos en los que nos entregamos con furor a todos los apocalipsis posibles encontrar un lugar para las buenas nuevas, pero en esta recta final de la Navidad me gustaría detenerme en tres noticias que he conocido estos días que pueden brindarnos alguna enseñanza en medio del desasosiego reinante, no tanto por lo que representen sus protagonistas (las enumeraré, por eso, de la más desconocida a la más conocida) sino por los valores humanos que han desplegado.
La primera tiene el nombre propio de Diana. Una joven ucraniana a la que entrevisté recientemente como testimonio valioso de cómo personas de otra nacionalidad trabajan por llenar de vida nuestras zonas más despobladas. Diana ha tenido que cambiar radicalmente su vida en menos de un año, cuando comenzó el horror en Ucrania. Un misil cayó en su bloque de viviendas, salió huyendo de su patria. Hoy se gana la vida en un bar de Atienza, en Guadalajara, donde otras familias ucranianas intentan rehacer su vida gracias a la ayuda de la iniciativa Pueblos con  Futuro, la ONG que se dedica a poner en contacto a personas de otras nacionalidades con nuestras  zonas rurales. Me asombra la capacidad de adaptación de Diana, un misil cambió su vida por completo. Ahora prefiere no hacer demasiados planes, ha comprendido a la perfección aquello de que la vida se nos escapa de entre los dedos mientras planificamos el porvenir. En unos meses ha sido capaz de cambiar por completo su perspectiva, aprender un idioma, integrarse en un pueblo de la España interior. Una lección ejemplar.
La segunda historia que quiero destacar y que se ha conocido esta Navidad es la de Teresa. La portavoz en el parlamento andaluz del partido Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, que ha decidido dejar su escaño simplemente porque no quiere apoltronarse en la política y ser consecuente son sus principios. Ahora volverá a sus tareas habituales como profesora en el instituto de secundaria de Puerto Real. En un momento de degradación absoluta de la vida política, Teresa demuestra coherencia y valores humanos de calidad. Más allá de su ideología, más allá de sus posicionamientos en tal o cual tema, lo que ha hecho es  marcar una valiosa excepción a la regla generalizada en la que muchas personas, mujeres y hombres de su generación, llegaron a la vida pública reclamando una nueva política, al hilo de un descontento generalizado, y en un tiempo récord se han instalado en la moqueta convirtiendo a la política en una cómoda forma de vida, reproduciendo y amplificando los vicios que dijeron venir a combatir, decepcionando gravemente a las personas que confiaron en ellos. Teresa ha demostrado no ser así, ha demostrado ser una revolucionaria de verdad, más por su actitud que por su ideología. Ella no es como algunos de sus compañeros de viaje que nunca quieren irse, que se aferran para no volver a una actividad profesional cuando la política les da la espalda, quizá porque no saben hacer nada. Teresa, en cambio, abandona el escaño en plena legislatura, aunque anuncia que seguirá con su activismo fuera del parlamento. Otra gran lección.
La tercera historia respetable y buena que nos deja estos días de Navidad es la de Benedicto, que aunque ha muerto deja un valioso mensaje de humildad. El Papa emérito, Benedicto XVI, supo irse de la primera línea en un gesto inédito en el Vaticano que no se había producido en seiscientos años y ha sabido estar en la sombra con la máxima discreción durante los últimos nueve años, sin crear bicefalias ni polémicas, sin hacerse notar, dedicado al estudio y la oración, en la apacible sombra de un monasterio. Se ha ido pidiendo disculpas a las personas que le atendían por 'la lata que les estaba dando'.  Más allá de sus posicionamientos en tal o cual tema, Benedicto ha dado un ejemplo al mundo de capacidad de adaptación, de fidelidad total a una institución cuyas zonas oscuras supo ver y quizá por eso se retiró para dar paso a una persona más adecuada en la difícil tarea. Alguna vez sabremos los motivos de una de las renuncias más misteriosas en la historia de la iglesia, pero una renuncia cargada de un gran sentido del deber y de la humildad
Las historias de Diana, Teresa y Benedicto son tres buenos contrapuntos a lo que predomina a nuestro alrededor: vanidad, apego al poder, inmovilismo, superficialidad. Tres historias que han llegado a nuestra actualidad de estos días como llegan ya a nuestros hogares cargados de regalos los tres reyes magos de Oriente.