Al menos en su caso, se defiende un solución que no excluya. Gregorio cree que el asunto del agua compete y debe implicar «a todo el país juntos» con el fin de elaborar y poner en práctica «una política satisfactoria para todas las regiones de España» que acabe con las polémicas y que garantice el abastecimiento en «calidad y cantidad para continuar el crecimiento económico»