Juan Ignacio de Mesa

Barrio de Santo Tomé

Juan Ignacio de Mesa


Memoria

20/11/2023

Hoy es el aniversario de la muerte de Franco. A partir de este día del año 1975, empezó una época que marcó el gran cambio de la Transición que supuso que España sirviera de ejemplo para pasar de un régimen dictatorial a una democracia. Referéndum para la Reforma Política, legalización de partidos, convocatoria de elecciones. Cortes Constituyentes que alumbraron la Constitución de 1978 que, sometida a Referéndum, fue ampliamente votada favorablemente en toda España. Votaron SI el 88,78% de los electores y, como dato curioso, la provincia catalana con el menor porcentaje de SI, fue Gerona con un 90,4%, superior a las de Castilla-La Mancha que, siendo Albacete en la que más 'síes' se dieron, se quedó en un 90,3%.
Y empezó otro periodo complejo en el que ETA y otros grupos radicales, atentaban y alteraban el orden social, pero la situación se iba superando. El dialogo y el encuentro se generalizó en la sociedad española. Se intentaba superar la imagen de las dos Españas. Se perdonaba, aunque no se quería olvidar para no volver a cometer los errores del pasado. Había una conciencia generalizada de pelear por conseguir un futuro mejor en el que, todos juntos, pudieran crear una España más solidaria y justa. Políticamente se buscaban acuerdos. Todos juntos aprendíamos a poner en marcha una sociedad democrática. Se procuraba buscar más los puntos de encuentro que los que generaban tensión. Y la evolución del sistema marchaba. En 1975 el PIB español ascendía a 114 mil millones de dólares, mientras que en 2021 estábamos en 1.427 mil millones. El crecimiento en 45 años ha sido de cerca de trece veces y España se encuentra situada entre las 15 economías más avanzadas del mundo. ¿Qué hay mucho que mejorar? Es evidente. ¿Qué en estos últimos años perdemos fuelle? Así es. Se debe generar más actividad para que haya más empleo y que se produzca más para poder luchar contra los sectores marginales que se encuentran en el umbral de la pobreza. Y para conseguir esto, bueno sería que nos pusiéramos de acuerdo en fijar las prioridades. Lo malo es que, en gran parte, dependemos de los responsables políticos que marcan las reglas de juego con las que nos tenemos que mover y el espectáculo que dan no ofrece mucha confianza. Hoy se demoniza la Transición, pero cuánto deberían aprender, lo que esto hacen, de aquellos que la hicieron posible.