El papa pone fin a la excomunión de Toledo (1451)

José García Cano*
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El papa Nicolás V hizo caso al rey Juan II y emitió una bula de excomunión el 24 de septiembre de 1449 contra Pero Sarmiento, su familia y todos los toledanos que le siguieran. El mismo rey manifestaría en Torrijos, el 21 de marzo de 1451 el perdón

Juan II y emitió una bula de excomunión contra Pero Sarmiento, su familia y los toledanos que le siguieran.

Precisamente hoy se cumplen 572 años del levantamiento de excomunión que pesaba sobre la ciudad de Toledo, desde la revuelta ocurrida en 1449. El entonces papa Nicolás V, había hecho caso al rey Juan II y emitió una bula de excomunión el 24 de septiembre de 1449 contra Pero Sarmiento, su familia y todos los toledanos que le siguieran. Pero ¿Quién fue Pero Sarmiento? Este hombre era asistente del rey Juan II y sería el principal líder y conductor de aquella importante revuelta, que tuvo como trasfondo a la nobleza toledana del momento, a los judeoconversos a los que una parte de esa nobleza no aceptaban y al resto del pueblo que fue manipulado por el propio Sarmiento.

Para entender mejor como surgió esta revuelta debemos retroceder al 25 de enero de 1449 cuando don Álvaro de Luna solicita un préstamo a la ciudad de Toledo cuando iba camino de Ocaña, algo que como era de suponer, fue rehusado por el ayuntamiento toledano, por lo que el tesorero municipal don Alonso Cota, vio como única opción financiar el citado préstamo con las rentas del común de Toledo. Finalmente, entre el domingo 26 y el lunes 27 de enero, se empieza a recaudar la cantidad solicitada por el tesorero, momento en el cual un toledano cuyo oficio era odrero, es arrestado porque se niega a pagar cantidad alguna, el cual comenzará a instigar al pueblo a que se subleve ante el cobro de aquella tasa que consideraban cuanto menos abusiva. En ese momento saltó la chispa y las campanas de varias parroquias toledanas comenzaron a repicar. En la misma plaza de la Catedral se reúnen decenas de personas manifestándose en contra del pago al que se les obligaba y lejos de apaciguarse los ánimos, la gente ataca las casas del recaudador de aquel tributo don Alonso Cota; acto seguido el pueblo decide tomar las puertas de la ciudad de Toledo y las zonas fortificadas, menos el alcázar, el cual estaba en manos de Pero Sarmiento, asistente del rey Juan II, repostero mayor y descendiente de la familia de los Condes de Santa Marta.

Los días fueron pasando y la revuelta no solo no se sofocaba, sino que iba en aumento, motivo por el cual el rey y sus asesores temían que la situación se extendiera a Sevilla y a otros lugares. El rey no podía acudir a nuestra ciudad ya que se encontraba en Benavente en el cerco de su castillo. Entre finales de febrero e inicio de marzo de aquel 1449, será cuando, Pero Sarmiento decida unirse a los rebeldes, llegando a ser su cabeza visible y líder. El porqué de la insurrección de Pero Sarmiento hacia el rey Juan II, lo encontramos en la pérdida del cargo que había ocupado hacía muy poco, como alcalde de las alzadas y muy posiblemente por ello, decidió actuar contra su rey y sumarse a los insurrectos. Una de las decisiones que se van a tomar será el encarcelamiento de algunos toledanos, a los cuales se les robaron sus bienes, a lo que se sumó la huida de Toledo de otros tantos caballeros y vecinos, ante la inseguridad y el peligro que se avecinaba. Será a finales de abril cuando Juan II decida venir a nuestra ciudad, por lo cual un grupo de personas lideradas por Juan de Guzmán y Juan Alonso de Loranca, fueron a su encuentro para proponer al monarca que firmara una serie de capítulos y condiciones antes de que se le abrieran las puertas de la ciudad de Toledo, algo que ocurrió el 1 de mayo en la localidad de Fuensalida y que fue rechazado de pleno por el rey. Pocos días después Juan II llegó a Toledo, estableciéndose muy cerca de los muros de la ciudad, concretamente junto a la ermita de San Lázaro, al cual no se le autorizó a entrar en Toledo. Cuando el rey envía como mensajeros a sus reyes de armas para que los rebeldes le dejen entrar a la ciudad, serán recibidos con insultos y con lanzamiento de proyectiles; en ese instante fue cuando se cantó aquella frase que decía: «Toma allá esa naranja, que te envían desde la Granja», con lo cual ya sabemos el punto aproximado donde estaban los amotinados. Será en ese momento cuando el rey inicie un proceso judicial contra nuestra ciudad, a lo que respondieron con un enfrentamiento entre los soldados y los rebeldes toledanos.

Se volvió a presentar ante el rey otro documento titulado Suplicación y requerimiento, el cual será de nuevo rechazado por el monarca. Las cosas se complicaron y a mediados de mayo los sitiados se enfrentaron junto al río Tajo con los soldados, dirigidos los primeros por un hijo de Pero Sarmiento, llamado Diego Gómez Sarmiento. Ya a finales de mayo parte del campamento real se desplaza hasta Torrijos a descansar y el rey decide concluir el proceso judicial contra Toledo, castigando a la ciudad con una serie de expropiaciones de parte de su tierra. Entró en escena el príncipe Enrique (es decir el futuro Enrique IV) el cual también intentó mediar entre las partes en conflicto. Llegamos al 5 de junio de 1449, cuando se publica la conocida como sentencia-estatuto, que expulsaba a los judeoconversos de los cargos públicos y que limitaba así mismo, los derechos que estos tenían en aquellos momentos y que era uno de los motivos del levantamiento toledano. Cuando el príncipe Enrique pudo entrar en Toledo se le negó la entrega de las llaves del alcázar y de las puertas y puentes, menos la de Bisagra y la de Alcántara, momento en el cual algunos de los desterrados vuelven a la ciudad, por lo que el pueblo les atacará y ultrajará. En el mes de septiembre se publicará la citada bula por parte del papa y la situación continuará sin aclararse hasta diciembre de ese año y después de que el príncipe Enrique intentara mediar y arreglar la cuestión ante su padre y los sublevados. Enrique convocó al Ayuntamiento toledano para hablar sobre la situación y sobre lo ocurrido en estos meses, pero los conspiradores no acuden a la cita y se refugian en la torre de la catedral, por lo que será cercada y tomada por los soldados. Finalmente, los conspiradores fueron apresados y encerrados en el alcázar; de allí se escaparían tres de aquellos presos, entre los que se encontraban Marcos García de la Mora y Fernando de Ávila, los cuales fueron encontrados y posteriormente descuartizados.

Sería entre febrero y marzo de 1450 cuando Pero Sarmiento abandonase Toledo, comenzándose durante aquellos meses, una serie de ajusticiamientos dirigidos a todos aquellos acusados de participar en la sublevación y en los robos y saqueos ocurridos en la ciudad en contra del rey Juan II. El mismo rey manifestaría en Torrijos, el 21 de marzo de 1451 el perdón hacia Toledo y sus vecinos y moradores, hasta que el 20 de noviembre del mismo año a través de dos breves, Nicolás V retira las acusaciones y excomunión que se habían dictado tiempo atrás sobre Toledo.

*José García Cano es académico correspondiente en Consuegra de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo.