MOINSA decide cerrar su fábrica en Villarrubia de Santiago

Redacción
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Tramita una Modificación Sustancial de Condiciones de Trabajo que para el sindicato CCOO es para buena parte de la plantilla «una forma encubierta de despido porque se les exige un cambio radical de vida sin incentivos ni compensaciones»

Instalaciones de MOINSA en Villarrubia de Santiago.

El grupo MOINSA va a cerrar su único centro de producción, situado en Villarrubia de Santiago y mantiene en la incógnita el futuro de las 35 personas que configuran su plantilla en Toledo-

MOINSA, dedicada al diseño, fabricación e implantación de mobiliario y de todo tipo de elementos para establecimientos comerciales, oficinas, almacenes -desde IFEMA a El Corte Inglés, entre otros muchos clientes-, ha decidido sorpresivamente abandonar la producción, que en lo sucesivo pretende subcontratar con otros fabricantes.

Para ejecutar su decisión, MOINSA planteó hace dos semanas una Modificación Sustancial de las Condiciones de Trabajo de las 35 personas que trabajan en la fábrica de Villarrubia de Santiago, que hasta el pasado verano se denominaba 'Tecnydis'.

A las nueve personas del departamento administrativo, les ofrece el traslado a la sede social del grupo en Móstoles. Las otras 26, los operarios de fábrica, dejarían de tener un centro de trabajo estable y tendrían que desplazarse allí dónde y cuándo fueran requeridas por los clientes de MOINSA, para prestar servicios reconvertidos en instaladores/montadores.

«Lo mismo tendrían que ir tres días a La Coruña a cambiar todos los expositores de un comercio que marcharse corriendo a Cádiz a montar un almacén. Y normalmente, en fin de semana, en festivo y por la noche; para no interferir en la actividad normal del cliente», denuncia Carlos García Montoya, responsable de Negociación Colectiva de CCOO-Hábitat Castilla-La Mancha.

Aunque el periodo de consultas de la Modificación Sustancial de las Condiciones de Trabajo  concluye este miércoles, MOINSA no ha concretado aún en qué condiciones pretende ejecutar estos cambios, «que no son solo de condiciones de trabajo. Es un cambio radical de condiciones de vida. Y, en la práctica, para aquellas personas que por razones familiares o de cualquier otro tipo no puedan asumirlo, una forma encubierta de forzar su auto-despido barato, porque, al menos hasta, ahora no les ofrece incentivos ni compensaciones para afrontar los cambios que se les plantean», asegura García Montoya.

De momento, MOINSA ha rechazado todas las propuestas de CCOO y de los representantes de la plantilla afectada. «Ni acepta asumir los costes que le supondrá a cada trabajador/a el cambio radical que les exige la empresa; ni compensar de ninguna manera a los 26 operarios de fábrica por la total disponibilidad y los continuos desplazamientos que tendrán que asumir si aceptan el futuro laboral que les ofrece MOINSA».

De momento, MOINSA ha rechazado todas las propuestas de CCOO y de los representantes de la plantilla afectada. «Ni acepta asumir los costes que le supondrá a cada trabajador/a el cambio radical que les exige la empresa; ni compensar de ninguna manera a los 26 operarios de fábrica por la total disponibilidad y los continuos desplazamientos que tendrán que asumir si aceptan el futuro laboral que les ofrece MOINSA», explica García Montoya, que aclara que la representación de la plantilla «no va a aceptar las exigencias de la empresa sin más». «O la reunión acaba con acuerdo, o nos veremos en los juzgados de lo Social. MOINSA no puede desentenderse los gravísimos perjuicios que conlleva para sus trabajadores/as su decisión de cerrar la fábrica de Villarrubia, sin poner nada de su parte y sin que haya razones legales que lo justifiquen», concluyó.

El radical cambio de planes de MOINSA ha caído como un jarro de agua fría no solo sobre la plantilla, sino en toda la localidad. Su alcaldesa, Concepción Monzón, se quedó de piedra al enterarse. «Siempre nos dijeron que iban a ampliar. Que poco a poco iban a incorporar más gente; que se traerían aquí la parte de Metal que hacían en Móstoles. Hicieron unas naves enormes. Algunas ETT nos empezaron a enviar peticiones de currículums. Llegó la pandemia y seguían diciendo lo mismo; y luego también. Hasta que de pronto dicen que están teniendo pérdidas y que van a cerrar».