Miguel Ángel Dionisio

El torreón de San Martín

Miguel Ángel Dionisio


Pueblos naciancenos

15/05/2024

Con la llegada de la primavera toda nuestra geografía se viste de fiesta con las numerosas romerías que, después de Semana Santa, celebran tanto diferentes advocaciones de la Virgen María como a distintos santos, muchos de ellos –como hoy san Isidro- ligados a las tradicionales labores del campo, acudiendo las gentes a su protección e intercesión frente a las adversidades naturales. Entre ellos está san Gregorio Nacianceno, uno de los Padres y Doctores de la Iglesia, que vivió entre el 330 y el 390, fue obispo de Constantinopla y destacó en su tiempo por su doctrina y elocuencia. A él se acudía especialmente frente a la plaga de langosta.
De esta intercesión tenemos datos desde el año 885, cuando el papa Esteban rogó su ayuda ante la plaga de dicho insecto que asolaba las Galias. En nuestras tierras sabemos, por la documentación del Archivo Capitular y del Municipal, investigada por el profesor Izquierdo Benito, que a finales del siglo XVI hubo bastantes. Fue en ese momento cuando varios pueblos hicieron voto al santo y se construyeron diversas ermitas, que hoy siguen siendo lugar de romería, de celebración y de fiesta. Cerca de Toledo, en Sonseca, el fin de semana posterior a la fiesta tradicional de san Gregorio, el 9 de mayo –litúrgicamente se celebra, tras el Concilio Vaticano II, el 2 de enero-, todo el pueblo acude en masa al prado donde se erige la pequeña y remozada ermita que se remonta a 1575. Asimismo, Villacañas también celebra a dicho santo.
En torno a esta devoción ha surgido una iniciativa, llamada "Ruta Gregoriana" que busca hermanar a las poblaciones castellano-manchegas que aún conservan el voto a san Gregorio, y que además de las ya mencionadas, incluye Arenales de San Gregorio (Ciudad Real), Fuensanta (Albacete), La Eras (Alcalá del Júcar, Albacete), Pozoseco (Pozorrubielos de La Mancha, Cuenca), Saceda del Río (Huete, Cuenca) y Pozorrubio de Santiago (Cuenca), conformando una ruta de peregrinación que, recordando sobre el mapa el báculo del santo, ha supuesto una renovación y actualización de la tradición en torno a san Gregorio, que además de hermanar a los llamados "pueblos naciancenos", supone un incentivo para conocer la cultura, el patrimonio material e inmaterial, la gastronomía y, sobre todo, a las gentes de dichos lugares. Un itinerario de 555 kilómetros, que arrancan de la ermita sonsecana, donde se ha instalado la placa del kilómetro 0, y que se plantea no sólo a pie, sino que se está organizando para hacerse  en bicicleta ("bicigrinos"), y que ya ha tenido edición de "motogrinos", la peregrinación de los moteros; también celebrará, el próximo 29 de junio, la I Feria Gastronómica de la Ruta Gregoriana.
Esta es una muestra magnífica de cómo las tradiciones siguen actualizándose, haciendo que la devoción, la cultura, el patrimonio de nuestra tierra continúen enriqueciéndose, huyendo de anquilosamientos estériles y contribuyendo al desarrollo local. 
Porque la tradición es vida ¡Viva San Gregorio!