Alejandro Bermúdez

Con los pies en el suelo

Alejandro Bermúdez


Camino de Venezuela

02/06/2023

Parecía increíble. Nunca pensé, aunque ya he visto muchos espectáculos, que se pudiera perder el norte y la dignidad con tanta facilidad y al unísono. Quizá así sea la esencia humana pero me resisto a creerlo. Me refiero a la actuación de Pedro Sánchez y de su grupo parlamentario en su última  reunión. ¿Venezuela, Corea del Norte, la Rusia soviética, la China de Mao o la actual? ¿Cómo se puede llegar a tal extremo en un país europeo desarrollado?
Es indiscutible que a Pedro Sánchez le ha hecho perder la cabeza su egolatría. Ha llegado un momento en que la brújula le ha colapsado y ya le pasa como a la paloma de Serrat: «por ir al norte fue al sur…» Lo terrible es que, habiendo perdido las elecciones de una forma tan clara y con un mensaje personalísimo tan nítido, todos y cada uno de los miembros de su grupo se rompieran las manos aplaudiendo como si delante estuviera el mismo Kim Jon Un con un pelotón de fusilamiento.
El discurso de Pedro Sánchez fue el que viene haciendo, el de un iluminado presuntuoso. Por supuesto: él no tuvo responsabilidad alguna en el resultado electoral. Para él son los españoles los que se han equivocado. Es comprensible que así sea, porque, una persona que se considera  el centro del universo, que viaja en Falcon, que usa helicóptero para ir al baño, que luce sus 'gafas Kennedy' como si de  un modelo de pasarela se tratara y cuya mano ha estrechado el mismo Joe Biden, no puede ni siquiera plantearse un mínimo de responsabilidad en el resultado.
Lo increíble de la situación es que ante esta actuación nadie del grupo socialista hiciera gala ni de un gramo de dignidad. Lo verdaderamente bochornoso es que no hubiera un solo diputado que tomara la palabra y tratara de hacer entrar en razón a Pedro Sánchez y a sus compañeros de partido. Lo vergonzoso es que ni una sola oveja del rebaño hiciera notar su diferencia de color con el resto. Ya sé que de forma inmediata el sátrapa hará las listas electorales ¡vaya democracia! y el lugar en ellas lo decidirán los decibelios del aplauso de cada uno de los presentes. Pese a todo podría haber habido alguien que se significara, que protestara por el escarnio a que va a someter a los españoles haciéndolos votar y ser miembros de las mesas electorales con cuarenta grados a la sombra… aunque fuera solo uno para salvar la dignidad del grupo. No fue así…
Lo que a los diputados, les ocurre al resto de cargos elegidos por el sátrapa. ¿O ha enmendado una sola coma  el Tribunal Constitucional a ninguna norma de este gobierno desde que hay mayoría socialista? ¿O ha perdido una sola elección en las encuestas el Partido Socialista desde que el INE lo gobierna Tezanos? Pues así, paso a paso, cruzando cada día  una línea que nadie esperaba que se transgrediera en democracia se llega a Venezuela. Cuando el poder ocupa sin escrúpulos todas las instituciones del Estado la democracia es una pura quimera.
Los españoles son plenamente conscientes del peligro que corremos y han hecho en las urnas, con serenidad y respeto lo que otros deberían haber en las instituciones que ocupan. Ahora el mensaje será directo, no creo que desaprovechemos una ocasión así.