«¡Ya vendrán tiempos mejores». Este era el comentario de uno grupo de asistentes a la procesión de la Virgen del Alcázar que se identificó como «nietos de los defensores». Con resignación, pero con esperanza se han tomado, por tanto, algunos devotos de la Virgen del Alcázar que el Ministerio de Defensa, en aplicación de la Ley de Memoria Democrática, que entró en vigor el pasado mes de octubre, la talla no haya podido pasar la noche en la fortaleza y emprender mañana domingo, como era tradición, la vuelta a la Catedral de Toledo su actual sede.
Faltaban pocos minutos para la diez de la noche cuando la imagen de esta virgen, que reina sobre las ruinas de un Alcázar destruido, enfilaba la confluencia de la Cuesta de Carlos V con la de los Capuchinos. Allí se encontraba por vez primera la reja de entrada a la explanada del Alcázar cerrada. Primer año en el que la puerta de la fachada de Covarrubias no se abría para recibir a la Virgen portada por 22 cargadores.
No obstante, lo que se suele hacer dentro del Alcázar se hizo esta vez fuera. Los asistentes cantaron la Salve y una vez terminada sonó el himno de España interpretado por la banda Ciudad de Toledo. Al finalizar la última nota se oyeron gritos de 'Viva España!, 'Viva la Virgen del Alcázar!, ¡Viva la Infantería Española! y 'Viva el Ejército Español!, aunque alguien añadió «pero el bueno ehh». Tras ello, la Virgen del Alcázar se vio obligada a dar la espalda a la fortaleza y emprender camino de vuelta a la Catedral por la calle Horno de los Bizcochos.
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La Virgen del Alcázar se ha visto obligada a dar la espalda a la fortaleza.
Los jóvenes de la Cofradía han cargado a la Virgen del Alcázar.
Los miembros de la cofradía vestían polo azul ribeteado en mangas y cuello con la bandera de España. - Foto: Ismael Herrero/ EFE
La comitiva procesional, que encabezaba la banda del Cautivo, estuvo presidida por el exdeán de la Catedral, Juan Miguel Ferrer, y por el párroco de San Andrés, José Ángel Jiménez que esta semana también se ha visto envuelto en la polémica tras la ceremonia en la que se impuso el fajín del general de Blas Piñar a la Virgen de la Alegría. En esta ocasión no se vio a ningún concejal del Ayuntamiento de Toledo acompañando a la Virgen del Alcázar en su viaje de ida y vuelta a la Catedral, que, en todo momento, estuvo custodiada por varios policías nacionales que se integraron dentro del cortejo procesional.Al finalizar la última nota del himno nacional se oyeron gritos de 'Viva España!, 'Viva la Virgen del Alcázar!, ¡Viva la Infantería Española! y 'Viva el Ejército Español!, aunque alguien añadió «pero el bueno ehh».