La Puerta Grande de Madrid sucumbe a los naturales de Jiménez

Mario Gómez / LAS VENTAS
-

El torero de Espartinas firma una tarde memorable al natural y corta tres orejas, una a cada toro estoqueado, a la corrida de Victorino que cerraba la Feria de Otoño. Román cayó herido en su primero y Valadez se fue de vacío

Jiménez se entregó al natural en su lote. - Foto: Plaza 1

Julián Guerra apareció de la blanca furgoneta de Borja Jiménez con la cabeza rapada. Llamó la atención tanto como la ausencia de voces por su parte en el callejón. Quizá en parte porque la suavidad con la que el de Espartinas acarició las embestidas de su primero solamente requerían la dulce música callada del toreo. Tras reventarlo al natural dejó una estocada tendida al encuentro, mitad delantera y algo atravesada que hizo que el incierto animal tardase en doblar. Realmente lo mejor llegó cuando el espada se percató de la mina de oro que traía el burel en el izquierdo, ya que por el derecho dijo que coles, como había también marcado en banderillas. Dobló 'Paquecreas' y la plaza se tornó en un manicomio blanco. Probablemente un toro así era el que necesitaba Borja para seguir creyendo que puede funcionar, y paseó una oreja.

El cuarto salió en el lugar reseñado a pesar del percance de Román, y le tocó a Jiménez despacharlo. Brindó al respetable y el respeto ya lo llevaba puesto. La expectación también, a pesar de que con el capote sólo pudo dejar una buena media en el saludo. Con la muleta fue faena de altibajos ante un animal que le volvió a dejar explayarse por el izquierdo. Escuchó olés rotundos, y lo mejor fue el exquisito final con naturales a pies juntos, cruzado hasta el extremo y rompiéndose más allá de la cadera. Mató de media en lo alto y certero golpe de verduguillo, que hizo teñirse de blanco la plaza y sumó su segunda oreja de la tarde.

Por si alguien pudiera reprochar, y con la puerta grande en el esportón, Jiménez se echó sus ilusiones a cuestas y cruzó el inmenso platillo de Madrid para irse a la puerta de chiqueros. Libró el trance cuerpo a tierra. De los bajos del 5 se lo llevaron a punta de capote al burladero de capotes. Al hilo lo recogió Jiménez saliéndose por bajo. Madrid era un silencio eterno, solo roto por olés emanados del granito. Expectación máxima con el sevillano. Despierto de mente y de piernas B. Jiménez extrajo todo lo que tenía al que estaba reseñado como segundo de su lote. Encajado y muy bien colocado, acarició las embestidas por ambos pitones con 17.053 entregados a la causa que vieron consagrarse por triplicado al sevillano. Cerró por ayudados por bajo abrochando de estocada entera arriba una de las faenas de la temporada en Madrid. Pronto dio 'Plazuelo' con sus huesos en el suelo, y Madrid volvió a teñirse de blanco para pedir el trofeo para Jiménez, que firmó una tarde que debiera ponerle a funcionar, además con categoría. Tres orejas en Madrid con victorinos que, ahora que las figuras del último medio siglo nos dejan ayunos, debiera posicionarlo en carteles punteros.

En tercer lugar Leo Valadez pechó con dignidad y solvencia con un victorino de medio viaje, embestidas frenadas y gustos tobilleros. El mejicano estuvo aseado y efectivo con los aceros, aunque lo más destacado del capítulo fue el cadencioso quite de B. Jiménez que abrochó con una gran media a la cadera.

No sabemos si para aquello de no hay quinto malo se nace o se hace, pero el que iba a salir en último lugar hizo quinto y se convirtió en una máquina de reponer por bajo y repetir. Valadez quiso siempre perderle muchos pasos para quedarse quieto y pegar muletazos, en una lidia que mejor habría sido sobre las piernas. Mucha voluntad pero poco fondo para un trasteo a un animal que fue a más complicado y que cuando empezó a acabarse comenzó a reponer mucho. Con la espada no lo mejoró.

El qué abrió la tarde soltó un derrote seco a Román que lo levantó del suelo. El valenciano no se miró, pero llevaba un boquete que no le dejó terminar la faena. Mató honrosamente y los peones se lo llevaron para adentro antes de que doblase el oponente que había sido muy protestado en los primeros tercios.

ARCHIVADO EN: Madrid, Tauromaquia