El CD Cazalegas Élite Ébora Formación sumó su segunda victoria consecutiva en casa, esta vez frente al Atlético Albacete, con la portería a cero, por tercera jornada -justo las que encadena sumando-.
El partido arrancó con un gol tempranero de Alfre Ramos, antes de que se alcanzaran los cinco primeros minutos del partido. Después de varias disputas en el centro del campo por el balón, una subida rápida por banda izquierda le dio la ventaja al conjunto de Rubén Pulido, ya que el delantero estuvo más rápido que la zaga para rematar por el primer palo a la puerta de Juanpe.
Casi por instinto, el filial del Albacete buscó en los minutos siguientes buscando el empate. Varias llegadas de Bolívar y Marcos Moreno les imposibilitaron ese objetivo bajo la atenta mirada de Iván y Gustavo.
Tras esa fase, el segundo tanto del Cazalegas no tardó en llegar. Esta vez fue de Migallón, que parece proponerse competir en esa faceta con Alfre Ramos, pichichi de la temporada pasada. El nuevo gol en el casillero del conjunto cazalegueño vino de un primer rechace que Rubén Rivera supo recuperar. Le puso el esférico botando a Migallón, que, reconvertido en extremo, sólo tuvo que empujar el balón desde el centro del área.
Tras la pausa de hidratación, el joven equipo visitante buscó recortar distancias metiendo al área cada saque de banda y falta que pudo rascar. Pero el buen posicionamiento del Cazalegas le permitía salir fácil de ofensiva.
Los minutos finales del primer acto fueron totalmente para el elenco de Rubén Pulido. Nuevas llegadas por banda de Álvaro Gil, con un buen remate de Rubén Rivera, y varios disparos en el área de Godoy y Meneses pudieron significar el tercer tanto. Curiosamente, el gol llegó de la manera más inesperada. Un error de Edu ante un pase de Álvaro Gil acabó en autogol albaceteño.
Tras el descanso el Atlético Albacete salió apretando muy arriba a un Cazalegas que esperó a que errara para recuperar el balón y contragolpear. Atinado, no tardó en establecer el 4-0. Un pase de Migallón por la banda dejó en posición franca a Alfre Ramos, que apretó el pasó y remató al fondo de la red albaceteña.
Con ese tanto prácticamente se acabó el partido, que Pulido empleó para premiar a sus suplentes. Sobre todo uno, Diego Prado, que sale de un año de baja tras una rotura de ligamentos que se complicó más de la cuenta.
En la recta final el conjunto cazalegueño retomó su intensidad buscando el quinto, pero la presión de la línea defensiva albaceteña, achicando espacios en el centro del campo denegó más goles. Pero el filial apenas tuvo opciones ni de maquillar el tanteador.