La plaza del Ayuntamiento se convirtió ayer por la noche en una fiesta ochentera. La cantante catalana llegó con su espectáculo 'Hola Raffaella' a la plaza del Ayuntamiento dentro de la programación de la Semana Grande del Corpus.
Roser no lo tuvo fácil. Es difícil de entender cómo se pueden escuchar los grandes temas de Raffaella Carrá sentado en una silla. Ese fue el formato elegido por el Ayuntamiento para un show pensado para saltar y mover la cadera de principio a fin. Pero fue cuestión de tiempo y del buen hacer de Roser que con su buen hacer y su simpatía sobre el escenario consiguió que el público interactuara con ella y los bailarines. Las más de dos mil personas que asistieron al espectáculo se desmelenaron cuando llegó el turno de 'Hay que venir al sur'. Divididos en dos sectores siguieron al pie de la letra la coreografía marcada por la artista catalana que agradeció que, por fin, el público se levantara de sus asientos.
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Roser y sus bailarines en un momento del espectáculo. 
La plaza del Ayuntamiento estuvo abarrotada
'Hola Raffaella' no es un tributo al uso. Es más un homenaje de Roser a la polifacética italiana, en la que no trata de imitarla sino de reinterpretarla. Roser es Roser y Rafaella es Rafaella. Con un ritmo mucho más dance, el show incluyó temas míticos y que forman parte de la banda sonora de cualquier sarao que se precie como Fiesta', 'Hay que venir al sur', 'En el amor todo es empezar', 'Qué dolor' o 'Rumore'.