Milagros Tolón salió ayer al rescate de las viviendas del paseo de la Rosa. La Tribuna adelantó en sus ediciones previas a la actual que la empresa 'Diseño del Tajo SL', promotora de este proyecto tan visible del barrio de Santa Bárbara presentó un escrito en el Ayuntamiento en el que formula su renuncia a la licencia para la construcción de 60 viviendas, locales comerciales, garaje, trasteros y piscina en esta ubicación. En respuesta, el Consistorio aceptó el desistimiento pero recordó a la empresa que debe pagar el ICIO de los 785.863 euros ya invertidos, obligándole a mantener un vallado perimetral de seguridad.
Según el relato de Tolón, la única petición que ha presentado la promotora al Ayuntamiento de Toledo ha sido la que pretendía aumentar el plazo de ejecución de las obras, de modo que Milagros Tolón ha calificado el proceso como una «modificación puntual».
No obstante, en el acuerdo de la Junta de Gobierno en el que se aprobó el asunto se especifica que la empresa constructora renuncia de manera expresa a la licencia de obra concedida con anterioridad.
Pese a ello, el acuerdo de la Junta de Gobierno del pasado 8 de febrero da a entender que la renuncia a licencia concedida podría tratarse de un paréntesis en la construcción ya que insta a tomar medidas de seguridad en la parcela «en tanto se solicita y se obtiene, en su caso, nueva licencia y se reanudan las obras».
A la subasta por estos terrenos situados en el paseo de la Rosa se presentaron otras dos empresas Construcciones Sánchez y Feito y Creaciones Inmobiliarias Jae, perteneciente al Grupo Sabas.
VECINOS. El vecindario de Santa Bárbara está más pendiente que nunca del área de la vivienda. Por un lado, centra las miradas en la esperada demolición de las 'casitas bajas', mientras que por otro en las citadas viviendas -también del paseo de la Rosa- de la promoción conocida como 'Mirador de Galiana.
Al respecto de estas últimas viviendas, la Asociación de Vecinos 'Alcántara' va a pedir al equipo de Gobierno municipal un encuentro para que le expliquen qué es lo que ha ocurrido y cuáles son las perspectivas de futuro en la zona. Según su presidente Ángel Luis Martín Ludeña, «son unas viviendas que salían demasiado caras y queremos ver si se puede retomar el asunto y hacer otra clase de vivienda, también para gente que no pueda pagar lo que pedían por aquellas».
Unos inmuebles que, los que han empezado a comercializarse, cuentan con unos precios que oscilan entre los 200.000 y los 600.000 euros. De ahí las palabras de la asociación vecinal. De modo que, de producirse esa «modificación puntual», los vecinos también querrán aportar su granito de arena a la ecuación.