La calma de tres mujeres de una misma familia, de tres generaciones distintas, se rompe cuando entra en escena una cámara con la cual la más joven tiene que grabar una entrevista para un trabajo de clase. Escoge a su abuela, interpretada por Alicia Hermida, a sugerencia de su madre, sin saber que su abuela revelará algo de su pasado que la familia desconocía. Este es el eje sobre el que gira la obra ‘El arte de la entrevista’ de Juan Mayorga, dirigida por Juan José Alfonso e interpretada por Alicia Hermida, Luisa Martín, Elena Rivera y Ramón Esquinas, que llega este sábado al Teatro Palenque de Talavera. Una de sus protagonistas, Alicia Hermida, cuenta a La Tribuna algunos detalles de la obra y recuerda también diferentes anécdotas de sus años de interpretación.
¿Cómo es Rosa, la abuela a la que interpreta en ‘El arte de la entrevista’?
Los mensajes que nos manda el autor con su texto es que Rosa es y ha sido una mujer que mantiene unas constantes, es una mujer que, aunque es de una familia muy conservadora y muy tradicional, ella es y ha sido su vida también, lo vemos también en el presente, que a pesar de ser una mujer de edad avanzada y estar delicada, es una mujer moderna, progresista, con mucha energía. Son algunas de las facetas del personaje, aunque todos somos múltiples, como dice Pirandello, depende de con quién estamos para que seamos diferentes o para que nos vean diferentes. Yo siempre le digo a Juan (Mayorga) que su obra es muy ‘pirandelliana’ en ese sentido. Esta obra tiene mucho de eso, de cómo nos ven los demás, cómo nos comportamos diferente según a quién tenemos enfrente, y cómo somos más nosotros cuando nos podemos comportar como realmente nos sentimos más cerca de nosotros mismos y de los demás. La obra habla de muchas cosas pero fundamentalmente del ser humano y sus comportamientos, y de sus problemas. Es una obra muy interesante, como todo lo que escribe Juan.
Se puede decir que es el personaje clave de la obra, puesto que es quien revela un dato que se desconocía en la familia y que pone en jaque todo su pasado y desafía el presente, ¿por qué decide contarlo en ese momento?
En la entrevista ella se siente, lo dice en algún momento, por qué metiste en esta casa esta máquina del demonio, porque en realidad ha sido la cámara la que ha proporcionado eso, porque si no hubiera sido muy difícil que hubieran salido ciertas cosas, pero es la entrevista la que hace que pase eso y la que desata la tormenta. Y ahí está todo, todo lo que puede ser verdad, todo lo que puede ser inventado, todo lo que puede ser perspectiva, porque cuando dos personas incluso muy amigas han vivido una circunstancia junta cada una la ha vivido e interpretado de una manera distinta. Todo lo vemos desde nuestro propio prisma y eso es sustancial para el ser humano, y creo que en ese sentido el público se identifica con ese problema también, con el punto de vista que da una entrevista, que es diferente. Incluso cuando tratas de recordar cosas del pasado, cada uno tiene un recuerdo distinto del pasado.
Este papel se suma a los muchos que ha interpretado a lo largo de su carrera, donde figuran desde clásicos teatrales a personajes de la pequeña pantalla, entre ellos Valentina en la serie ‘Cuéntame cómo pasó’, y del cine. ¿En qué faceta se encuentra más cómoda?
Los actores siempre decimos que nuestro trabajo más intenso es el teatro, porque tienes la posibilidad cada día de recrear algo, tienes al público, son públicos diferentes que te alimentan, te ayudan y te trasladan cosas. Tampoco he tenido la oportunidad quizá de hacer demasiado cine, he hecho algunas cosas que creo que salieron bien pero no he sido de las actrices que ha hecho muchísimo cine, en parte porque la época en la que se hacía más cine en España, se hacía un cine, salvo excepciones, malo. Yo también dije que no a muchas cosas que no me interesaban, también dije que no a una serie en televisión, ‘La casa de los Martínez’, porque recibí el guión y no me gustaba. En el cine, si la película sale bien, bien, pero si no a veces te quedas un poco frustrado, y en el teatro siempre tienes la esperanza de que el día siguiente salga mejor y siempre encuentras algo que va creciendo, cuando eres trabajador.
Compagina su profesión con la de impartir clases de interpretación en la Escuela Alicia Hermida, que parte de la compañía La Barraca fundada por Federico García Lorca y con la que usted también recorrió los escenarios, ¿qué cambios ha habido en el teatro desde entonces?
Ahí vamos, seguimos luchando y trabajando por conseguir los objetivos. Ha habido cambios grandes pero la gente del teatro somos inquietos y siempre esperamos algo mejor para el teatro y para que se proyecte, que tengan posibilidad más y más gente de poder acercarse al teatro, de poder verlo, de poder sentirlo y de que el teatro no sea un artículo de lujo, que sea algo a lo que se pueda llegar más fácilmente, compartirlo, que se convierta en un vehículo de pensamiento, de madurez y de investigación sobre el ser humano y sobre la vida, tampoco encerrarnos en una urna de seres privilegiados, ni sentirse privilegiados, somos parte de todo y tenemos que estar con todo lo que se mueve en la sociedad y con todo lo que cambia para crecer, para alimentarnos y alimentar a los demás. Cuando empecé yo decía: ‘Yo no me he dedicado al teatro para esto, para que solamente venga un público determinado y los demás no puedan venir al teatro, yo quiero trabajar para todos’. Tenía claro que no me gustaba trabajar para un público determinado, que el teatro era algo para todos, y a eso aspiraba y eso quería que fuera. Y aún hay gente que dice : ‘Yo no puedo pagar 20 euros para ir al teatro’. Es tremendo. Seguiremos batallando para que el teatro pueda llegar a todos y no sea un lujo.
¿Ha actuado con anterioridad en Talavera?
He estado en Talavera en varias ocasiones, a algunos actos, a un homenaje a Alberti, a actuar puede que sí pero no me acuerdo porque empecé muy joven a trabajar y he recorrido mucho. No sé si es la primera vez que voy a trabajar a Talavera, pero bueno, me gusta mucho y soy muy fanática de la artesanía, me gusta mucho la artesanía de Talavera y de Puente del Arzobispo. Del Ayuntamiento de Talavera tengo un azulejo que nos dieron del homenaje a Alberti el 24 de enero de 2000.