Lo que trajo una DANA, otra se lo llevó

Galán
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La lengua de tierra bautizada como el 'Cabo del Bú' en septiembre de 2021 ha desaparecido en parte tras la DANA del pasado domingo. Se trata de un accidente geográfico que trajo el arroyo de la Degollada a la altura del Cerro del Bú

Estado actual del 'Cabo del Bú' tapado por la crecida del Tajo. - Foto: Javier Pozo

El río Tajo últimamente, por su escaso caudal, presenta pocas novedades paisajísticas -más allá de las deplorables espumas que con frecuencia muestran su grado de contaminación-, por lo que la llegada de lluvias torrenciales como la vivida durante la semana pasada es la única manera de que la naturaleza actúe y haga de las suyas a su paso por la ciudad.

Muchos toledanos no se habrán dado cuenta de su presencia y otros, en cambio, habrán aprendido a convivir con ello. El 'Cabo del Bú' es un delta fluvial o lengua de tierra formada por los sedimentos que trajo el arroyo de la Degollada con la DANA de septiembre de 2021, el único momento del pasado reciente en el que este arroyo contó con gran cantidad de agua por sus entrañas. Al desembocar como tal en el río Tajo, el agua arrastró una masa de tierra que tomó forma y posición fija a la altura del Cerro del Bú, de ahí el nombre que recibió este conjunto de sedimentos.

El caso es que una DANA lo puso ahí y otra parece habérselo llevado. O, al menos, una parte de él. Durante estos primeros días en los que el río Tajo ha experimentado una fuerte crecida como consecuencia de estas lluvias, las fotografías muestran como aparentemente la lengua de tierra ha desaparecido de la superficie. Los movimientos del agua dan a entender que es posible que cuando vuelva a reducirse el caudal el 'Cabo del Bú' pueda aflorar de nuevo, pero habrá que ver si en las mismas condiciones o con otra morfología diferente.

Lengua de tierra generada por la DANA de septiembre de 2021.Lengua de tierra generada por la DANA de septiembre de 2021. - Foto: David PérezEn el momento en el que esta masa de tierra apareció por primera vez, los expertos medioambientales informaron de que estos accidentes geográficos son episodios normales en la vida de un río y que suelen desaparecer automáticamente por la propia fuerza del caudal. 

El azud de Santa Ana, junto al puente de San Martín, presenta aparentes daños.
El azud de Santa Ana, junto al puente de San Martín, presenta aparentes daños. - Foto: Plataforma de Toledo en Defensa del Tajo
Una explicación que en sí misma llevaba la respuesta a su exposición permanente en la ciudad, ya que al contar el río Tajo con tan poco caudal apenas tenía la suficiente fuerza para taparlo por sí sólo, lo que dejaba a una importante lluvia como la vivida recientemente como casi la única alternativa para cambiar la paisajística de este entorno natural de Toledo.

El azud de Santa Ana aflora con aparentes daños. Tras las recientes lluvias, la crecida del río Tajo tapó durante unos días el azud ubicado junto al puente de San Martín, pero una vez que los valores del caudal han vuelto a acercarse a la normalidad, el azud ha vuelto a aflorar, solo que con aparentes daños causados por la fuerza con la que fluía el agua. Según han manifestado desde la Plataforma de Toledo en Defensa del Tajo en sus redes sociales «es cuestión de tiempo o de otra crecida que el azud sea poco a poco devorado por medios naturales». Algunos colectivos ya han solicitado en más de una ocasión la retirada de estos azudes, por lo que este episodio quizás dictamine su final.