El tráfico de marihuana, telón de fondo del crimen de Abraham

J.Moreno
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La víctima y el acusado compartían trapicheos de droga, pero la amistad se rompió por 40 kilos de 'maría'. «Le di dos golpes, no sé dónde lo golpeé», se defiende Íker

El tráfico de marihuana, telón de fondo del crimen de Abraham - Foto: Ismael Herrero

Íker y Abraham eran amigos íntimos. Se habían conocido recientemente, pero guardaban un trato diario durante los primeros meses de 2021. Hasta mayo, semanas antes de que el segundo muriera con el cuello cortado en el área recreativa de 'Los Caños', en La Pueblanueva. Los guardias civiles que instruyeron el caso revisaron durante la investigación los teléfonos móviles y comprobaron un viraje de la amistad al odio. 40 kilos de marihuana tenían la culpa.

Íker Martín siguió ayer las tres horas de la primera sesión del juicio en la misma postura. Las punteras de sus zapatillas inmaculadamente blancas besaban el suelo. Parece mayor, pero sólo tiene 20 años. Y permanece encarcelado desde el 18 de junio de 2021. «Le di dos golpes. No sé dónde lo golpeé. No sé si le corté», dijo dubitativo ante el tribunal del jurado el autor confeso del homicidio, quien intenta evitar una condena por asesinato, petición que comparten la Fiscalía y las dos acusaciones particulares.

Abraham Calatrava, de 29 años, Íker, de 18, y el hermano pequeño de este, de sólo 16 años, compartían amistad y negocio de tráfico de marihuana en aquellos primeros meses de 2021. Un trapicheo que desembocó en el manejo de una tacada de 90 kilos de marihuana. «Hay una cantidad que se pierde por el camino», afirma el guardia civil que revisó la actividad de los teléfonos de los tres.

Concretamente, se trata de 40 kilos de marihuana, con un valor en el mercado ilícito de 80.000 euros. En ese momento, comienzan las amenazas cruzadas, aparentemente el caldo de cultivo para el trágico final de Abraham, padre de una niña de dos años. Los investigadores hallaron más de 6.000 euros en el bolsillo de la víctima.

Íker y Abraham se citaron en el merendero de 'Los Caños' esa noche del 16 de junio de 2021. Hacia las 21:45 horas. Minutos después, moría Abraham. «Vamos a demostrar que hay alevosía», subrayaba la fiscal, Arantxa García, quien pide 14 años de prisión por asesinato con las atenuantes de confesión y reparación parcial del daño.

Confesión porque la madre de Íker avisó a la Guardia Civil cuando ambos llegaron al domicilio familiar media hora después de los hechos. El chico de 18 años dijo al agente en esa llamada que había  forcejeado y cortado a Abraham.

La víctima apareció boca arriba. «En forma de cruz», acertó a describir el guardia civil instructor del atestado. Tres amigos del hermano, que estaban muy cerca, aportaron detalles de la agresión, en la que intervino también el pequeño de los hermanos.

La Guardia Civil sospecha que el cuello de una litrona rota fue el arma empleada para los tajos que seccionaron completamente la arteria tiroidea. «Se atragantó con su propia sangre», detalló el abogado de la madre de Abraham, Tomás Ferrero, quien considera que Íker no reconoció los hechos porque no prestó declaración en los juzgados ni está de acuerdo en que la provisión de 30.000 euros como indemnización a los familiares sea digno de una circunstancia atenuante.

Por ello, la acusación de la madre de Abraham eleva la petición a 25 años  de prisión con el inciso de que hubo ensañamiento en el crimen. La acusación del padre de la víctima rebaja a 23 años.

la madre de abraham. Las tres primeras horas del juicio habían transcurrido con la serenidad del sistema judicial. Pero la aparición de la madre de Abraham, la última testigo, hizo que se conmoviera toda la sala. A su izquierda, escuchaban atentos los nueve miembros titulares del jurado y los dos suplentes. «Han matado al tate», reprodujo la mujer sobre cómo se enteró de la muerte de su hijo por boca de otra hija.

«Nunca le gustaban las peleas. Salía corriendo», defendía la madre del difunto, quien reprochó que el dinero consignado por el acusado «está manchado de la sangre de mi hijo. Por eso le han matado».

La defensa buscó esa conexión con el jurado con la lectura en boca de Íker de la carta escrita de su puño y letra a mediados de 2022 y enviada al juez con destino a la familia de la víctima. «Ha tenido un fallo en la vida», abrevió el abogado Juan Antonio Rollán.

«Soy el único y exclusivo culpable de la muerte de Abraham. Nunca debió ocurrir», afirmaba en esa carta leída por Íker esposado. Quiso dejar claro en el texto la igualdad de la pelea entre ambos: «Pudo suceder al revés, que yo hubiera sido la víctima».