Pedro Carreño

La Ínsula

Pedro Carreño


El novio

19/09/2023

En verano, resulta costumbre aconsejable el reencuentro con las viejas amistades. Echar una charleta, y preguntar por aquello de cómo te va en la vida. En uno de esos días de calor insoportable, quien firma esta columna coincidió en Cádiz con un compañero de profesión algo más joven. Este es el resumen de aquel encuentro.
Pedro.- «¿Y la familia, Santi?. ¿Y tu padre? Guardo muy buen recuerdo de él. Seguro que sigue con aquella gracia al contar las anécdotas de su vida».
Santi.- «Murió el año pasado. Este 20 de septiembre hará justo un año. Quedó viudo y vino a vivir a mi casa. Fui yo quien le encontró muerto, frente al televisor encendido».
Pedro.- «Lo lamento. Tienes encima ese aniversario».
Santi.- «Será duro recordarlo. Los últimos días que vivió fueron enigmáticos y yo no lograba descifrar su actitud. No lo conseguí hasta tiempo después de su muerte».
Pedro.- «Si quieres contármelo….».
Santi- «Semanas antes de fallecer, me pidió ver una película en casa. Era 'Novios de la muerte' rodada en Ceuta en 1974. Ese año mi padre hizo su servicio militar allí, en el Tercio Duque de Alba. Siempre hablaba muy bien de aquella época. De sus andanzas y, sobre todo, de los amigos que hizo».
Pedro.- «¿Y qué pasó?»
Santi.- "Pues le bajé la peli de internet y se la puse. Aún recuerdo cómo se le iluminó la cara la primera vez que la vio. Sobre todo, con los primeros planos del cuartel y el Tercio formando. Me pedía que se la pusiera todas las tardes, y siempre paraba la película en el mismo plano, en el de la formación, y se quedaba dormido.
Pedro.- «¿No veía más?»
Santi.- «Exacto. Se quedaba mirando ese plano sin decir nada. El día antes de morir me pidió que me fijara en la quinta fila de la formación. Imposible distinguir los rostros, pero él me decía que uno de aquellos jóvenes era él. Aseguraba que el resto eran sus compañeros, y los recordaba con su nombre y apodo. Lo último que le oí, es que quería despedirse de ellos.  Le dije: padre, siempre está usted con la mili. Salí del salón y me fui a trabajar. Cuando regresé, me encontré a mi padre muerto en su sillón, frente a aquella película y ese primer plano en el que se paró su vida».
Pedro.- «Es un final enigmático»
Santi.- «Lo es para los que no hemos tenido la suerte ni el privilegio de conocer aquellos lazos férreos de amistad y camaradería. Te lo digo porque la historia no acabó ahí. Meses después, celebré un funeral. Aparecieron familiares, amigos y lo más sorprendente: al final de la ceremonia se me acercaron cinco hombres, más o menos de la edad de mi padre, a los que no conocía. Cada uno sacó de sus chaquetas un chapiri y se cuadraron ante mí con un taconazo y saludo militar. Uno de ellos me abrazó y me dijo: somos los que salimos en los primeros planos de aquella película en formación. Tu padre nos espera ahora para seguir formando juntos».
Pedro. «Santi, si me das permiso, contaré esta historia».
Santi.- «Lo tienes. Y también el de mi padre. Un abrazo legionario, como él decía».

ARCHIVADO EN: Guardo, Cádiz, Ceuta