Vega Baja culmina su nueva imagen con «garantía de éxito»

Galán
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La primera fase para integrar Vega Baja en la ciudad llega a su fin. A la espera del veredicto institucional, los promotores esperan replicarlo por el resto del yacimiento como fruto del acuerdo entre el Ayuntamiento, la Junta y Cultura

El convenio entre Ayuntamiento, Junta y Cultura ha potenciado una primera parcela de 30.000 metros cuadrados. - Foto: Yolanda Lancha

Sonará raro, pero la pescadilla que se muerde la cola ha dejado de hacerlo. Al menos, en esta parcela de 30.000 metros cuadrados del yacimiento arqueológico de Vega Baja. Lo que durante años ha sido un descampado en el que convivían restos arqueológicos de lo que fue el Toledo visigodo con la maleza de la vegetación, hoy está a punto de transformarse en un parque didáctico por el que se puede pasear, conocer la historia de siglos pasados, disfrutar de la vegetación e, incluso, de la movilidad sostenible por medio de su carril bici.

Esta intervención representa la primera fase del acuerdo a tres bandas que firmaron el Ayuntamiento de Toledo, la Junta de Comunidades y el Ministerio de Cultura para potenciar un yacimiento que acumulaba y sigue acumulando en algunas de sus parcelas años de inacción.

Para ello, este proyecto del que ha ido informando La Tribuna desde su inicio a esta parte ha cumplido las expectativas, o al menos así lo piensan sus propios promotores, Luis Moreno y Javier Alguacil, de 'AMA Arquitectura', el estudio encargado de abordar esta primera fase. Cumpliendo con las 11.000 plantaciones estimadas, creando diversos senderos para diferenciar las zonas de paseo, de vegetación o en las que hay restos arqueológicos, el trabajo realizado deja una conclusión principal de «expectativas cumplidas» y de que «la solución técnica propuesta inicialmente se ha podido adecuar a la realidad», señala Luis Moreno.

El convenio entre Ayuntamiento, Junta y Cultura ha potenciado una primera parcela de 30.000 metros cuadrados.El convenio entre Ayuntamiento, Junta y Cultura ha potenciado una primera parcela de 30.000 metros cuadrados. - Foto: Yolanda LanchaAunque ambos arquitectos mantienen que el proceso se ha llevado a cabo siguiendo los pasos establecidos en sus bocetos, sí que reconocen que también les ha dejado alguna que otra sorpresa. La principal tiene que ver con los restos arqueológicos que allí permanecen.

Esto es debido a que parte de estos vestigios de siglos pasados se corresponden con los contrafuertes que tendría un edificio de grandes dimensiones y de cáracter tardoantiguo, es decir, previo al asentamiento visigodo que se presupone. Lo que los propios arqueólogos que han trabajando en esta fase han bautizado como un mausoleo o edificio de poder religioso que los visigodos respetaron e, incluso, mantuvieron para construir a su alrededor. El caso es que, según Javier Alguacil, su presencia no es sorpresa para ellos, porque pese a que han aparecido nuevas interpretaciones sobre dichos restos ya conocían su existencia, pero sí que destaca que la sorpresa ha consistido en la técnica a abordar para integrar aquellas piezas históricas en el proyecto actual. El arquitecto lo argumenta en el sentido de que dentro de la reconstrucción que han tenido que efectuar con todos los restos, en estos en particular la han levantado con hormigón de cal «para ponderar la grandeza del edificio». En este sentido, desde el punto de vista arqueológico, los trabajos también han permitido descubrir la conexión entre una alberca con una piscina más grande que están separadas por unos metros de distancia o «zonas en las que se entiende que las construcciones continúan más allá de la parcela en la que se ha trabajado, pero en las que no se puede asegurar nada porque no se ha excavado más», mantiene Alguacil.

A nivel arquitectónico, los arquitectos del proyecto destacan el sistema de desagües que han creado en el subsuelo. «Al final esto es un terreno que se ha moldeado tal y como estaba, no podíamos hacer cerros ni nada similar, pero hemos diseñado unos grandes desagües de grava, como depósitos o zanjas de piedra gorda, que hacen que cuando se inunda todo el agua caiga hacia allá, la grava lo absorba, lo almacene y luego lo vaya soltando de manera progresiva», describe Alguacil. Una planificación que para Luis Moreno está más que probada, ya que «ha aguantado dos tormentas  y vientos de hasta 100 kilómetros por hora».

Una zona de Vega BajaUna zona de Vega Baja - Foto: Yolanda LanchaAunque todavía faltan los últimos remates para su inauguración, los arquitectos creen que las críticas recibidas hasta el momento son bastante positivas, pese a que anecdóticamente revelan que «a la gente todavía le da reparo pasear por el interior de los senderos». Asimismo, pese a estar conformes con el resultado final creen que el culmen del proyecto se verá en primavera, «cuando se aprecie todo el sistema de colores que hemos empleado para cada recinto», apunta Moreno.

De hecho, una de las complejidades por las que se ha podido alargar el proyecto tiene que ver con las plantaciones, que dependen en gran medida de la situación meteorológica. Plantaciones que contemplan una treintena de árboles ubicados en los pozos expoliados del yacimiento con especies como almeces, pinos o acacias, además de flores coloridas como lavanda, forsitia amarilla o rosales.

Una intervención que es el resultado de los primeros 824.000 euros que este acuerdo a tres bandas ha dedicado a Vega Baja. Las buenas sensaciones de sus promotores les hace pensar que es «garantía de éxito» para replicar los trabajos en las siguientes fases acordadas, o lo que es lo mismo, en otras de las parcelas reconocidas como Bien de Interés Cultural, pero no dependerá de ellos.

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El convenio entre Ayuntamiento, Junta y Cultura ha potenciado una primera parcela de 30.000 metros cuadrados.
El convenio entre Ayuntamiento, Junta y Cultura ha potenciado una primera parcela de 30.000 metros cuadrados. - Foto: Yolanda Lancha
El convenio entre Ayuntamiento, Junta y Cultura ha potenciado una primera parcela de 30.000 metros cuadrados.
El convenio entre Ayuntamiento, Junta y Cultura ha potenciado una primera parcela de 30.000 metros cuadrados. - Foto: Yolanda Lancha
El convenio entre Ayuntamiento, Junta y Cultura ha potenciado una primera parcela de 30.000 metros cuadrados.
El convenio entre Ayuntamiento, Junta y Cultura ha potenciado una primera parcela de 30.000 metros cuadrados. - Foto: Yolanda Lancha

Después de recuperar un espacio «abandonado desde hace 13 siglos» para que lo disfrute esta generación, ahora toca el turno de que las administraciones se entiendan y decidan seguir extendiendo este proyecto a las demás parcelas que conforman Vega Baja, la historia de esta ciudad.