El alcalde de Montesclaros, José Joaquín Manzanas, perdió hasta la cuenta de las veces que el Ayuntamiento repuso la señalización del sendero de la Diputación. La localidad debutaba en la oferta de la red provincial, pero unos desconocidos emprendieron una cruzada contra la visita de caminantes a la ruta de los caleros, que recuerda el oficio desempeñado en los hornos del municipio que abastecía a toda la comarca.

Los ayuntamientos asumen el coste de la conservación de la señalización de estos senderos que promocionan los pueblos de la provincia. Montesclaros sobresalía ya porque la ruta de los caleros pasa por un paraje con mármoles de colores claros o blancos, utilizados en obras monumentales como las fuentes de Cibeles y Neptuno, en Madrid.

La instalación del vallado ha desactivado los destrozos en las señales del camino desde antes del verano, pero incluso resulta evidente un intento por derribar parte de la protección. «Ha de ser un grupo de gente. Parece que les molesta», apunta el alcalde de este pequeño municipio de 400 habitantes. El vandalismo ha consistido en pintadas que tapaban toda la información o en destrozos en los propios paneles.

«Y si algún pueblo puede hacer alarde de llevar grabada la blanca cal a fuego hasta en el nombre, este es Montesclaros», subraya la Diputación. La ruta de ocho kilómetros de longitud parte desde el vecindario, donde el paseante recorrerá puntos de interés, como un importante foco de extracción y transformación de la piedra caliza, hasta el encuentro de los hornos de cal y canteras de rocas dolomíticas. Todos ellos están abandonados actualmente.

«Se trata de una ruta de dificultad baja y muy fácil de transitar», abrevia la Diputación sobre este blanco de los vándalos atajado por el Ayuntamiento.