El último conde de Orgaz

Adolfo de Mingo Lorente
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Comparte el nombre de pila con su antepasado. Gonzalo Crespí de Valldaura y Bosch-Labrús no es solamente el titular actual del condado de Orgaz, sino también uno de los principales estudiosos de la historia familiar, cuyo archivo custodia en la ciudad de Ávila. Su tesis doctoral sobre la configuración del señorío medieval ha arrojado luz sobre su antepasado y subrayado los estrechos vínculos que su linaje mantuvo con la ciudad de Toledo, de la que los señores de Orgaz, Santa Olalla y Polvoranca fueron alcaldes mayores. «Con la supresión de los señoríos en el siglo XIX, la mayor parte de las familias nobles perdieron vinculación con sus respectivos territorios», explicaba a La Tribuna hace tan solo unos meses. La suya no fue una excepción, por mucho que este publicista, filántropo e historiador haya mantenido un íntimo contacto con la villa condal desde que heredó el título de su padre en 1959. Quizá la relación familiar, opina, fuera mayor «si hace siglos hubiéramos adquirido la costumbre de ser enterrados en Orgaz, pero no fue así: nuestros antepasados tenían su sepultura en el convento de San Agustín, que fundó el mismo don Gonzalo y que desapareció en el siglo XIX». En la actualidad, su solar es ocupado por el Instituto Sefarad. Su colección de retratos familiares es amplia, pero ninguno consigue hacer sombra a la famosa representación que tan acostumbrado está a explicar e interpretar. «A mi abuelo y a mi tío los pintó Sotomayor [el gallego Fernando Álvarez de Sotomayor, que llegaría a dirigir el Museo del Prado] y a mí me ha retratado Hernán Cortés Moreno. Buenas pinturas, pero, sin duda, nada como el cuadro de Santo Tomé».