Muere el trabajador de 24 años que se cayó por una escalera

La Tribuna
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El fallecimiento se produjo ayer, aunque el accidente ocurrió el pasado 25 de octubre en una gasolinera del Polígono de Toledo. La Delegación Diocesana de Pastoral del Trabajo pide priorizar «la dignidad de la persona, la salud y la vida»

Servicio de urgencias del nuevo Hospital Universitario de Toledo - Foto: Yolanda Lancha

El pasado 25 de octubre, un joven de 24 años sufrió un accidente laboral al caer de una escalera de mano mientras desempeñaba sus labores en una gasolinera ubicada en la avenida Río Nogueras del Polígono industrial. El trabajador fue trasladado al hospital Universitario de Toledo con fractura en la muñeca y traumatismo craneoencefálico. El pasado lunes se produjo su fallecimiento.


Desde la Delegación Diocesana de Pastoral del Trabajo lamentan un «trágico suceso que vuelve a poner de manifiesto la alarmante cifra de muertes en el entorno laboral», un dato que rebasó los 800 fallecimientos en el año 2022 en el conjunto de España.


«La pérdida de este joven trabajador nos obliga a reflexionar sobre una sociedad que, lamentablemente, no ha logrado garantizar el derecho fundamental a la vida en los lugares de trabajo», aseguran desde la delegación en un comunicado. La propuesta diocesana plantea «adoptar y promover una cultura preventiva que proteja la salud y la vida de todos los hombres y mujeres que se desempeñan laboralmente».


La delegación clama por la «inaceptable situación en la que se encuentran tantos trabajadores, víctimas de la precariedad laboral y la falta de medidas preventivas» y asegura que «la economía no puede ser un motor que ponga en riesgo la vida de quienes contribuyen con su esfuerzo al desarrollo».


El comunicado exige «reconocer que la salud y la seguridad laboral son responsabilidad conjunta de las administraciones, empresas y sindicatos» y critica que los accidentes laborales sean «el reflejo oculto de las condiciones de trabajo precarias», una circunstancia que la delegación denomina «la otra cara de la precariedad».


«Para la Iglesia, la dignidad de la persona, la salud y la vida deben ser prioritarias en la organización del trabajo», reza el texto. Los accidentes mortales, los graves o el aumento de enfermedades laborales «son flagelos que aquejan al mundo laboral y exigen una respuesta urgente y comprometida».


En este sentido, la diócesis reclama «un cambio profundo hacia una cultura que valore la vida» y propone el compromiso por crear condiciones que la protejan en el entorno laboral, la defensa activa de los derechos de los trabajadores, el cumplimiento estricto de la normativa, el fomento de una cultura preventiva para erradicar esta problemática social y más trabajo digno para todos.


«Hacemos un llamamiento a la Iglesia en su conjunto y a la sociedad en general para que no permanezcan indiferentes ante el dolor y la esperanza de nuestros hermanos del mundo del trabajo», concluye la nota.