Tragsa sellará dos de los focos de amianto en abril

M. G.
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La empresa está realizando los trabajos de sellado de los focos 6 y 7 desde mediados de diciembre. En el Barrio Avanzado se descontaminará el 12% de la parcela

Tragsa sellará dos de los focos de amianto en abril

Los trabajos de sellado en dos de los focos de la parcela privada de la familia Torrejón avanzan a buen ritmo y Tragsa, la empresa que ejecuta esta labor en las zonas contaminadas con el residuo tóxico en el Polígono, calcula que la obra estará terminada en marzo o abril. Dispone de un presupuesto de 265.780 euros para encapsular unos 5.320 metros cuadrados de este material localizado en los focos 6 y 7 de este terreno.

Está previsto que la operación siga los mismos pasos que las actuaciones anteriores en otras parcelas, con lo que tras la señalización de las zonas contaminadas,  se procede a encapsular los tubos y los lodos mediante un líquido surfactante para evitar la liberación de partículas al aire, se echa tierra encima, se compacta con mucho cuidado para que no fracture ningún resto y se coloca una lámina de polietileno de alta densidad. Por último, se añade una lámina geodrenaje y se echa otra capa de tierra de medio metro para rematar un sellado que ofrece una seguridad completa en la zona y, sobre todo, para los vecinos del Polígono.

Tragsa no ha podido actuar antes en esta parcela privada y entró en noviembre, poco después de que se emitiera la sentencia judicial que permitía a la Junta realizar las actuaciones correspondientes para eliminar el riego para la salud por la acumulación de restos de fibrocemento de la empresa Ibertubo que terminaron allí a modo de vertedero. Los trabajos en los focos 6 y 7, dos zonas donde los restos se aprecian bien al estar mezclados en una montaña de tierra muy cerca del Club del Mirador, no ofrecen dificultades, pero la parcela particular en sí encierra mucho amianto, del que no se puede dar una estimación precisa todavía, que exigirá a Tragsa continuar con labores allí al menos hasta mediados de 2021, siempre que se cumpla el calendario marcado y no haya imprevistos ni cambios de planes a última hora.

En principio, el director de obra de la Junta, Federico España, resalta la complejidad que acompañará a la futura actuación en el arroyo de Ramabujas. Allí, está previsto seguir los pasos que se están efectuando en la parcela de Laguna de Arcas, propiedad del Gobierno regional, donde Tragsa retira el amianto y se sirve de una carpa para garantizar que no se escape ninguna fibra de amianto al exterior, siguiendo un riguroso protocolo que incluye equipos de descontaminación para la plantilla que trabaja en estas actuaciones.

En principio, el proyecto para descontaminar la zona del arroyo está redactado, pero todavía no se ha tramitado aunque la intención del Gobierno regional «es ponerlo en marcha». España añade que en esta actuación hay que trabajar junto a la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), con lo que  exige una buena coordinación institucional.

Estos trabajos en torno al arroyo, donde se acumula un gran cantidad de fibrocemento y de lodos han obligado a los técnicos a plantear la solución del soterramiento del cauce del arroyo, una intervención que cuenta con un presupuesto de un millón de euros. La solución, que cuenta con el visto bueno de la CHT, lleva aparejada muchas horas de trabajo. Una vez que se soterre el cauce también habrá que realizar el sellado de restos en un terreno que ofrece muchas dificultades para plantear otras alternativas

Si bien, la cantidad de fibrocemento acumulado en esta parcela particular es tan importante que obligará a la Junta a ir poniendo en marcha distintas actuaciones para completar el sellado de otros focos detectados. En principio, está previsto un gasto de 7.000 euros más y en los planes de la administración se baraja iniciar estos trabajos en octubre porque podrían superar los diez meses. El planning de Tragsa incluye también el traslado de los restos de los focos más pequeños a los cúmulos de mayor tamaño.

Todos los pasos que van dando la Junta y la empresa para descontaminar el Polígono se están poniendo en conocimiento de las asociaciones vecinales y de la plataforma ‘Mi barrio sin amianto’, un colectivo muy activo que está muy pendiente de los trabajos de retirada y de sellado del fibrocemento que se acumula en este barrio, unas noventa mil toneladas estimadas, que acarreará un coste que podría superar los 14 millones de euros.

Junto a la plataforma también es necesario resaltar las reivindicaciones de ‘El Tajo’, de ‘Ecologistas en Acción’ y de Izquierda Unida-Los Verdes, ya que con su denuncia ante la Fiscalía General de Medio Ambiente en Madrid hace seis años consiguieron que saliera a la luz el riesgo para la salud de los restos de amianto esparcidos por distintas parcelas tras el desmantelamiento de Ibertubo hace más de veinte años y que el Gobierno regional se pusiera manos a la obra para acabar con un problema enquistado desde hace demasiados años.

barrio avanzado. La Junta también tiene previsto actuar en la parcela del Barrio Avanzado, en la que se realizaron las correspondientes catas en 2018, a raíz de que la asociación vecinal ‘El Tajo’ y la plataforma ‘Mi barrio sin amianto’ dieron la voz de alarma de la presencia de este material cancerígeno en estos terrenos hace más de dos años. En este caso, Tragsa se puso manos a la obra un año después y realizó distintas prospecciones para determinar las zonas de la parcela que deberían descontaminarse y concluyó que había tres focos.

En esta parcela, propiedad del Gobierno regional, se sellarán 31.762 metros cuadrados, es decir, «un 12% del total de la superficie», según explica España. Los restos se han detectado en tres zonas, con lo que se ha calculado un presupuesto que rondará los 300.000 euros. De momento, no hay fecha prevista, pero el proyecto está ya redactado y debe continuar la tramitación para que la ejecución sea viable en los próximos meses.

El proyecto incluye 56.500 metros cúbicos de movimiento de tierras, 32.000 metros cuadrados de la lama de polietileno especial que garantiza un buen sellado de los restos de fibrocemento y la mismas dimensiones para la otra lámina geodrenante que se coloca encima de la anterior antes de echar, compactar medio metro de tierra más  y dejar la zona lista para que pueda cubrirse con una capa vegetal.