A cobrar la pieza

Manu Reina
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Los cazadores, que disfrutan ya de la nueva temporada, salen al campo con «las normas muy claras» que rigen en su coto y que limitan sus actuaciones en cada jornada cinegética

El gerente de Monte y Caza, Eduardo Fernández (derecha), coloca junto a su amigo Alfonso una tablilla informativa. - Foto: Manu Reina

A cobrar la pieza. Ese es el cometido que tiene todo cazador cuando va al campo en cada jornada cinegética. Eso sí, lo hace siempre conocedor de una serie de normas y criterios a cumplir, que dependen de las características del monte o la explotación agrícola donde se estreche o límite su espacio para cazar. Y es que no se trata de capturar tantas especies como uno desee o cobrar cualquier animal que se sitúe a distancia. Ni mucho menos. Tanto que está totalmente prohibido excederse en los límites establecidos. Si bien es cierto que, una vez ya ha empezado la temporada de caza en la región, concretamente dio inicio el pasado día 8 de octubre, cada uno sabe cuál es su hoja de ruta. 

De hecho, existe un exhaustivo y claro reglamento para cada ámbito de actuación, prevaleciendo siempre la supervivencia cinegética, que da lugar a los conocidos cotos sociales, las zonas colectivas de caza, cotos de caza o incluso cuarteles comerciales de caza. Cada modalidad tiene su propia legislación y los cazadores tienen que conocerla perfectamente. La empresa conquense Monte y Caza gestiona 529 cotos conquenses de los 830 que hay actualmente registrados. Uno de sus gerentes y socio fundador, Eduardo Fernández, explica que «ayudamos a los gestores de cotos de caza a realizar sus trámites administrativos, tanto con la administración como con los socios». El ejercicio que prestan se centra en una «gestión integral», por lo que cubren todas las necesidades que puedan surgir en cualquier momento al cazador o grupo de éstos. 

Los cotos sociales son de titularidad pública y están gestionados por el Gobierno regional. Fernández detalla que en estos casos se lanza una oferta «más asequible para que los cazadores tengan más facilidades para acceder». Sin embargo, «hay pocos actualmente». El siguiente caso son las zonas colectivas de caza, cuya titularidad recae en una entidad sin ánimo de lucro. Estos espacios tienen una superficie mayor de 1.000 hectáreas y el precio se rige directamente por un pago de tasa. «Los terrenos son normalmente cedidos por propietarios de explotaciones agrícolas». En estos casos no se hace ningún comercio, sino que, comúnmente, los propios vecinos de uno o varios municipios, pueden cazar de una forma «más asequible». Al fin y al cabo, el precio desciende porque los participantes comparten gastos.

La superficie mínima de un coto de caza es de 250 hectáreas. La superficie mínima de un coto de caza es de 250 hectáreas. - Foto: Reyes MartínezTambién existe la posibilidad de constituir un coto de caza, cuya superficie mínima es de 250 hectáreas. En estos casos, «la titularidad varía porque puede ser una entidad local, un ayuntamiento, personas jurídicas o físicas, entre otros casos». El coste crece y la parte comercial por cazar en la zona juega un papel clave. Tanto que puede dar lugar a cuarteles comerciales de caza o directamente a cotos intensivos en los que se suele hacer suelta y captura, «y viene gente de distintas partes», ya sea de España o incluso de fuera del país.

En la provincia hay cerca de un millar de cotos y la cifra puede variar porque pueden constituir más. La empresa Monte y Caza es experta y pionera en este sentido, hasta tal punto que «constituimos desde cero los cotos». Los requisitos esenciales son «tener la disponibilidad de los terrenos a niveles de aprovechamiento cinegético de la propiedad» y también «establecer un Plan de Ordenación Cinegética». Este plan es, precisamente, el estudio que permitirá limitar qué especies se pueden cazar y la cantidad, entre otros asuntos. 

 

Impacto económico. Eduardo Fernández recuerda que el sector cinegético «es muy importante» para la región en términos económicos. De hecho, el impacto sobre el Producto Interior Bruto es «bastante significativo», con un beneficio para muchos negocios, como «restaurantes, hoteles, armerías o gasolineras, por mencionar solo algunos ejemplos». Fernández recalca también que muchos municipios pequeños viven de esta práctica e incluso «las infraestructuras de estos núcleos se levantan en torno a la caza». Además, el gerente de Monte y Caza incide que el número de licencias de caza solo se sitúa por detrás del fútbol y baloncesto, «siendo así la tercera disciplina más practicada en España». Este empresario conquense ensalza también la estrecha vinculación que existe con los agricultores, que «necesitan ayuda en muchas ocasiones porque las plagas acaban con las cosechas de todo un año». «Vamos de la mano», sentencia. 

 

La nueva normativa obliga a cambiar las tablillas

La nueva normativa obliga a cambiar las tablillas o paneles informativos que contengan la frase coto privado de caza en cada coto antes de marzo de 2025. Eduardo Fernández subraya que «todos los cotos tienen que adaptarse a la nueva normativa». El motivo es que ya no deberá aparecer la palabra privado. Además, los anuncios tendrán que colocarse bajo una serie de criterios, tal y como se viene haciendo hasta ahora. 

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