El pueblo llano se concentró expectante junto a la Puerta LLana de la Catedral para ver salir a Nuestra Señora del Amparo, que da nombre a una cofradía nacida en 1952 en el seno de la Fábrica de Armas en Toledo y que protagoniza la procesión central del Jueves Santo toledano. Ellos son los responsables de sacar  a la calle por este orden otros cuatro pasos que representan en imágenes otros cuatro momentos clave de la Pasión según san Mateo:La oración en el huerto, Cristo amarrado a la Columna, Nuestro Padre Jesús Nazareno, que tiene cierto parecido al del Arrabal tanto por su pelo natural como por su túnica granate, y el Santísimo Cristo de la Agonía, el único que va en una carroza sobre ruedas.

Con puntualidad británica, circunstancia que agradeció la gran cantidad de público congregada horas antes de la salida del cortejo procesional, los nazarenos vestidos con hábitos negros y capuchón, guantes y fajín verdes comenzaron su estación de penitencia. Estuvieron acompañados por dos bandas: la Benito García de la Parra, de Bargas y la 'Ciudad de Toledo'.

Pasadas las nueve de la noche le llegó el turno de las damas de la Cofradía vestidas de negro riguroso, peineta, mantilla y guantes y la Virgen del Amparo que lució esplendorosa con su manto de terciopelo verde bordado en oro y seda de colores como el palio del trono, decorado con un bosque de rosas blancas y de velas.

La Virgen del Amparo salió de la Catedral entre un bosque de rosas blancas y de velas. - Foto: DominguínPor segunda vez consecutiva, tras setenta años de perdida la tradición, la Virgen del Amparo salió de la Catedral a hombros de 28 cargadores.

La primera levantá, como ocurriera en la Semana Santa de 2022, tuvo como protagonista a la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, que fue la encargada de golpear el llamador que llevó al «¡cielo a la Madre de Dios! entre los aplausos de los cientos de personas congregadas en la calle cardenal Cisneros y los acordes del himno de España interpretados por la Unión Musical Benquerencia. Unos aplausos que también fueron dirigidos hacia el piquete de la Guardia Civil que escoltó al Amparo por las calles de Toledo convertidas en un gólgota Patrimonio de la Humanidad.

Toledo celebró el Jueves Santo y lo hizo casi como si fuera el Corpus. Procesiones de coches se pudieron ver desde primeras horas de la tarde para subir al Casco y miles de personas jalonaron el recorrido  del Amparo en el que volvieron a verse hasta arriba las sillas instaladas en Zocodover y la calle Comercio como ocurre en la Semana Grande toledana.

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