Como Groucho Marx, en Una noche en la Ópera o, Pablo Iglesias, incrédulo, en el Congreso ante un Rajoy prometiendo la creación de dos millones de empleos. Un festín de los Marx y el cumplimiento de lo anunciado, faltaban los huevos duros, pero prepárense que ya llegan.
En el diálogo de besugos que se traen los indepes y Sánchez, lo normal ya es que esto parezca un cachondeo.
Con la situación geopolítica que vivimos, encima, tenemos que ver cómo intentan pisotear el prestigio de nuestro país, ya no con la tan manida Leyenda Negra, sino esta jarca de personajes que por nada, admiten y cuidan del buen nombre de las enseñas nacionales ni de sus instituciones.
Nos dirigen a un absoluto desastre en el que nos están enemistando con todos en este avispero en el que se está convirtiendo el mare nostrum.
Nos cerraron las puertas en Argelia, en Marruecos nos toman por el pito del sereno, en Europa ya ni nos consultan los franceses y alemanes, Estados Unidos pasa de nosotros, Inglaterra no cede con Gibraltar, y los huevos duros en camino.
Nos quedaba por ver un portazo en el mentón a Israel a costa de los atentados que sufrió de manos de Hamás. Ahora que se han aliado con Marruecos, lo mejor es enemistarnos también con los israelíes. Que fenómenos.
La patrulla de desinformación ya se ha encargado de poner altavoz al exabrupto de Belarra y su jefa Yoli 'la cohetes'. Dentro de poco se hará realidad el famoso plan contra el Apocalipsis Zombie que solicitó un diputado podemita,  producido y cobrado por la TV del movimiento 'Sanchil'.
Vayan preparando que, tras los insultos de López Obrador en México o de Petro en Colombia o Maduro  en Venezuela, seguiremos tragando gusarapos, nunca basados en la opinión de los ciudadanos de a pie de esos países, que nos respetan, nos quieren y echan en falta nuestro apoyo y colaboración en los países hermanos de Hispanoamérica, mientras el gobierno calla.
Qué podemos esperar si el Estado busca el conflicto entre unas comunidades autónomas y otras. Privilegiar a unos para perjudicar o, directamente, ignorar, las necesidades de otras regiones. Incentivar y premiar al traidor, a los delincuentes frente a una mayoría que cada día cumple más a regañadientes.