«Los primeros helicópteros contraincendios eran rusos»

L.G.E
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Antonio Aranda lleva desde el 86 trabajando para la Junta en diversas áreas relacionadas con el medio ambiente. En 37 años ha visto cómo ha sido la 'revolución verde' de Castilla-La Mancha, empezando por la toma de conciencia de la población.

Antonio destaca la preocupación que hay por la naturaleza. - Foto: Javier Pozo

Antonio Aranda lleva desde el 86 trabajando para la Junta, en diversas áreas relacionadas con el medio ambiente como incendios forestales, caza y pesca o conservación de la naturaleza y espacios protegidos. En 37 años ha visto cómo ha sido la 'revolución verde' de Castilla-La Mancha, empezando por la toma de conciencia de la población.

«Cuando yo entré no existía ningún espacio natural protegido, prácticamente no había ninguno», admite a La Tribuna, salvando algún caso muy emblemático como Las Tablas de Daimiel o las Lagunas de Ruidera. Destaca que ahora, en cambio, aproximadamente un 24% de la superficie regional tiene protección.

En este período de años también ha habido un incremento de especies amenazas al igual que ha crecido el problema de la presencia de especies invasoras. Aranda explica que ha habido un cambio del uso del territorio, disminuyendo el agrícola y aumentando el forestal. Eso ha hecho que «las especies ligadas a las zonas de cultivo han bajado y las especies ligadas a las zonas forestales han subido mucho».

Afortunadamente ha habido amenazas que se han ido minimizando. Una de ellas es las electrocuciones de aves en tendidos eléctricos. «Ahora muchos están enfundados, hay muchos apoyos, hay un amplio trabajo sobre corrección de tendidos eléctricos», asegura. También resalta que se ha corregido el uso ilegal de venenos. «Ha sido un caballo de batalla desde los años noventa», señala, «poco a poco se ha ido erradicando, pero no ha desaparecido del todo».

Apunta que la caza furtiva también ha ido bajando, aunque recuerda que hubo un repunte cuando la catástrofe de Chernóbil. «Los alemanes eran grandes consumidores de carne de ciervo y dejaron de comprarla en el este de Europa», explica, «se incrementaron mucho los precios en España y el furtivismo tuvo un repunte muy grande».

Si algo ha visto cambiar también ha sido la virulencia de los incendios forestales. A la par ha sido testigo de cómo se incrementaban los dispositivos. «Los primeros helicópteros que tuvimos eran rusos», recuerda, «los pilotos eran rusos y polacos; cuando se disolvió el Pacto de Varsovia había una gran disponibilidad».