En la ciudad de Toledo hay 4.000 vecinas más que vecinos

Á. de la Paz
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La mayor longevidad en el sexo femenino emerge como la principal razón de la diferencia de habitantes. Aunque nacen más varones, la esperanza de vida de las mujeres estira su grupo

Mujeres paseando por la calle Comercio de Toledo. - Foto: Angeles Visdomine

Entre las 85.085 personas que el Instituto Nacional de Estadística (INE) contabilizó en Toledo en 2022 (el Ayuntamiento eleva la cifra de residentes hasta los 85.222), las mujeres son mayoría. En la capital regiones viven 40.504 hombres y 44.581 mujeres. La diferencia entre sexos se estira más allá de las 4.000 personas. 

Las ciudades compensan el desequilibrio que tiende a producirse en las zonas rurales, donde los hombres suelen ser mayoría. En el caso de Toledo, la brecha entre sexos se mantiene en unos valores similares desde 2018. De cada centenar de vecinos, aproximadamente 52 son mujeres y 48 hombres.

El patrón femenino de la ciudad se basa en la mayor longevidad del sexo femenino. Las mujeres son un grupo sustancialmente mayor conforme avanza el tiempo de vida. A partir de los 65 años de edad, la diferencia se agranda de forma nítida: apenas el 16% de los hombres se encuadran dentro de la tercera edad, mientras que las mujeres en esta franja alcanzan el 19,9% del total de féminas.

También en Toledo nacen más niños que niñas. En el grupo de menores de quince años, los chicos suponen el 16,7% de su grupo y las chicas el 14,4%. Sin embargo, el sexo femenino remonta esta leve desventaja de partida con un envejecimiento más favorable. La esperanza de vida de ellos es de 80,3 años, mientras que la de ellas se dispara hasta los 86,6 años.

El remplazo generacional se antoja como el principal problema demográfico para el futuro de la ciudad, una dificultad que recorre buena parte de las sociedades occidentales. En 2020, el número de hijos por mujer se estableció en 1,19; en 2016, primer ejercicio del que se tienen datos en este indicador, era de 1,41. Ambas cifras se sitúan muy lejos del 2,1, el guarismo que asegura que la siguiente generación tendrán el mismo tamaño que la pretérita -sin depender de que los flujos migratorios resulten favorables.

UN 10% DE EXTRANJEROS. La proporción de población foránea en la ciudad se mantiene próxima al 10% del total de habitantes. Se trata de un nivel muy similar al que se ha venido registrando en la última década. 

Del mismo modo que en el conjunto de la población de la ciudad, la ratio de extranjeras sobre el total de mujeres es superior al porcentaje de extranjeros sobre el conjunto de varones. También es más cuantioso el peso poblacional del sexo femenino. El 9,1% de los hombres que viven en Toledo son de origen foráneo (unos 3.690 habitantes); hasta un 9,5% de las mujeres residentes en la capital regional proceden de terceros países (unas 4.220 personas).