¿Dónde cabe Casbega?

F.J.R.
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Desde la Junta se están estudiando otros terrenos donde se pueda instalar la embotelladora de Casbega toda vez que urbanizar la ampliación del polígono industrial supondría adelantar 28 millones de euros a las arcas regionales

¿Dónde cabe Casbega? - Foto: La Tribuna

¿Dónde cabe Casbega? Esa es la pregunta que se hacen desde hace tiempo en la Consejería de Fomento de la Junta de Castilla-La Mancha, un interrogante que les ha llevado a contemplar Toledo como un auténtico Tetris en el que los más de 180.000 metros cuadrados que necesita la empresa embotelladora de Coca-Cola se han convertido en una pieza demasiado difícil de encajar.

Y es que, el proyecto de ampliación del polígono industrial, el llamado PP-11 - lugar predestinado para que Castellana de Bebidas Gaseosas (Casbega) construyera una planta de embotellado de zumos y agua, así como un centro logístico para su distribución por toda España-, no tiene visos de llevarse a cabo, toda vez que la urbanización de sus más de un millón de metros cuadrados tiene que correr a cuenta de la Empresa Regional de Suelo (ERES) y la situación de las arcas públicas no invita al desembolso de los más de 28 millones de euros que costaría dejar la zona lista para que se instalen empresas.

De hecho, de las 23 parcelas contempladas en el proyecto de urbanización, tan sólo se ha vendido la de Casbega, y aunque se trata de la más grande y de la más cara -11,96 millones de euros, sin tener en cuenta el IVA-, la cantidad no cubre ni la mitad de los costes de urbanización.

Así, los responsables de Fomento, conscientes de lo imperdonable que sería dejar escapar un proyecto, como el de Casbega, que supondría una inversión de 100 millones de euros y la creación de 250 puestos de trabajo directos, se han puesto manos a la obra a sondear el suelo de la capital regional.

La solución más sencilla se encuentra a pocos metros de donde está proyectado que se levante el PP-11. Se trata de las parcelas que en su día urbanizó Sepes, la entidad estatal de suelo. Son varias parcelas que podrían reparcelarse para lograr los 180.000 m2 de Casbega, aunque en un principio su uso está reservado para acoger oficinas y no una industria tan potente como una planta embotelladora, que necesitaría prácticamente de una depuradora en exclusiva para darle servicio.

Así, de no convencer los terrenos de Sepes, dispone de mucho más terreno en la Zona de Contacto, pero con uso comercial, las opciones se complican, pero ni mucho menos le cierran las puertas a la llegada de la embotelladora.

No en vano, muy cerca de Sepes y de la zona del PP-11 se encuentra una, la bautizada como Unidad de Actuación 18 (UA-18) del Plan de Ordenación Municipal de Toledo, en la Fase VI del Polígono, un nombre que no dice nada a muchos pero que rápidamente es reconocido si se dice que era allí donde el anterior Gobierno socialista quería levantar el Barrio Avanzado del arquitecto francés Jean Nouvel.

En total, son unas 37 hectáreas de terreno, unos  369.932,92 m2 propiedad de la Junta de Comunidades para los que actualmente no existe ningún destino toda vez que el macro-proyecto de Barrio Avanzado ha quedado descartado por sus estratosféricos costes -sólo su urbanización estaba presupuestada en 26 millones de euros y el proyecto total en más de 380 millones-.

De esta forma, la Junta podría cambiar el uso de parte de ese suelo, de residencial a industrial , y dejar un hueco para el desembarco de Coca-Cola. Ese proceso sería mucho más económico para las arcas públicas y permitiría que Casbega pudiera acelerar su llegada a Toledo, aunque necesitaría la colaboración del Ayuntamiento. Sin embargo, este suelo plantea el problema de su cercanía a la viviendas.

Lo cierto en cualquier caso es que ante la posibilidad de generar trabajo en estos duros momentos de crisis debería obligar a que ambas instituciones colaboren estrechamente para tratar de evitar que Casbega se les escape del lazo.