Pilar Gil Adrados

Entre Encinas

Pilar Gil Adrados


Al otro lado. Acuerdo UE-Mercosur

29/02/2024

Después de más de veinte años de negociaciones, el acuerdo de libre comercio entre la UE y Mercosur (unión aduanera de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) se frustró justo antes de su firma, por lo que también fracasó el anuncio del éxito de las negociaciones previsto en la 13ª Conferencia ministerial de la OMC en Abu Dabi que se celebra esta semana.
Las iniciales quejas y manifestaciones de los agricultores franceses obligaron al presidente Macron a retirar su apoyo al acuerdo en el Consejo Europeo y cuando el malestar cundió entre el resto de agricultores europeos, en un escenario de elecciones europeas, se canceló el viaje del Comisario de Comercio, Valdis Dombrovskis, a Brasil para su firma.
El debate apasionado, que también se ha desatado al otro lado del del Atlántico, llega a conclusiones más o menos contradictorias, dependiendo desde la perspectiva con que se aborda, ya que, también es verdad, los supuestos y las prospectivas son difíciles de verificar. 
Los europeos perciben que el acuerdo no es ventajoso porque no ofrece las suficientes garantías medioambientales, pero los agricultores de Mercosur lo reciben como una imposición para proteger el mercado europeo. Si el negociado acceso preferencial a la UE de sus productos agrarios debe supeditarse, además de al Acuerdo de Paris del que ellos también son signatarios, al cumplimiento de la legislación ambiental interna de la UE, esto, aunque en el marco comercial de los acuerdos quepan justificadamente las políticas ambientales, puede interpretarse como una práctica proteccionista contraria al libre mercado.
Los países de Mercosur conforman una región por la que compiten los países occidentales y China. A falta de acuerdo, la influencia china en América Latina, impulsada por su estrategia de desarrollo de infraestructura global y cooperación internacional: "Iniciativa de la Franja y la Ruta", podría ser decisiva para orientar sus economías. China, principal destino de las exportaciones de Mercosur, pretende invertir 250 mil millones de dólares en infraestructuras y telecomunicaciones en esta región, a la que llegan la mayor parte de las inversiones chinas fuera de Asia.
Esta cantidad supone cinco veces la inversión de 45 mil millones de euros que el programa Global Gateway de la UE destina a América Latina y el Caribe, con el fin de que el sector público (bancos de desarrollo y agencias nacionales de crédito a la exportación) apoye al sector privado en inversiones comerciales que contribuyan a generar riqueza. Si embargo, aunque Mercosur solo recibe el 2% de las exportaciones europeas, posee las mayores reservas de materias primas cruciales para la transición energética europea. La reducción de aranceles podría animar a las empresas europeas a desarrollar líneas de producción en América Latina y depender menos del suministro chino
Al otro lado, Uruguay hace tiempo que trata de lograr la apertura de otros mercados competitivos en Asía y Brasil sabe que China no le pedirá que garantice que sus exportaciones libres de deforestación no ponen en riesgo a la selva amazónica.