A la espera de cerebro

Hilario L. Muñoz
-

El Biobanco de Tejidos Neurológicos de la región lleva más de un año trabajando en la promoción y ya ha conseguido que doce personas se inscriban como donantes cerebrales, la mayoría sanos

Inés Campillo, Javier Arias, Fernanda Realea y Clara Villar observan algunas muestras de los tejidos congeladas en el Banco. - Foto: Rueda Villaverde

El Hospital General Universitario de Ciudad Real se integró, el año pasado, en la red de bancos de tejidos neurológicos de España, con la apertura del único centro de estas características de Castilla-La Mancha y el que era el número 15 de España. Un sueño de la Asociación de Familiares de Alzheimer de Ciudad Real (AFA), que llevaba años reclamando un espacio como este para hacer frente a la enfermedad y que comenzó su andadura con tres cerebros, donados en su inicio, y en los que trabajaron en la doble labor que se realiza en un biobanco de tejido neurológico: investigar y diagnosticar. 

En este momento, el banco se encuentra a la espera de los primeros donantes que lleguen al servicio desde Castilla-La Mancha, mientras realiza multitud de labores de divulgación de sus servicios, para darse a conocer, tanto entre potenciales donantes, por padecer enfermedades neurológicas, como entre aquellas personas que están sanos, y cuyos cerebros son claves, porque sirven de control para posibles investigaciones y son los que más suelen escasear. 

Fruto de este trabajo ya son doce las personas que se han inscrito como donantes de su tejido cerebral al banco, explicaron desde el servicio, compuesto por tres personas, la directora, Fernanda Realea; la coordinadora, Clara Villar; y el técnico, Javier Arias. De las doce personas, ocho son donantes sanos, lo que muestra la importancia que puede tener este servicio cuando se produzcan realmente las donaciones de cara a las investigaciones que se efectúen en España. 

Algunas de las muestras que pueden solicitar los investigadores.Algunas de las muestras que pueden solicitar los investigadores. - Foto: Rueda VillaverdeDe este modo, durante este año se ha trabajado, sobre todo, en esa vía de dar a conocer la importancia de donar el cerebro para la investigación y se ha estado ampliando las posibilidades para lo que se ha contado con el apoyo de los centros de salud. También a ellos se ha pedido su implicación, porque «todos pueden formar parte de toda la investigación sobre Alzheimer», indicó Realea, animando a médicos en la investigación de esta enfermedad. 

Con la organización de trasplantes. También se ha trabajado con la Organización de Trasplantes, con la intención de ofrecer la posibilidad de donar el cerebro a la investigación a quien done su cuerpo. De hecho, en dos ocasiones, se ha estado a punto de que hubiera una donación, pero se trataba de donantes motivados por accidentes de tráfico, lo que impedía que el tejido neurológico pudiera ser empleado. 

Además, se ha firmado un acuerdo con la Facultad de Medicina, con el objetivo de que aquella «donación de un cuerpo, que no les era útil en la Facultad de Medicina», pudiera destinarse al banco de cerebros, explicó la directora del biobanco. El compromiso tiene una contrapartida, que es la de obtener de los cerebros donados, el bulbo olfativo, una parte del cerebro donde está centrando el grupo de Neuroplasticidad y Neurodegeneración de la facultad ciudadrealeña. «Ellos nos han pedido que extraigamos el nervio olfatorio al completo de los cerebros con alzheimer», para poder analizarlo de cara a las investigaciones.

En este sentido hay que tener en cuenta esa doble labor de un bando de tejido neurológico y que implica que cuando llegue un cerebro, este se corta por la mitad. Una parte se emplea para realizar el diagnóstico de enfermedades neurodegenerativas, como el Parkinson o el Alzhéimer, que solo se puede diagnosticar al 100% con la autopsia del tejido cerebral y que sirve para saber cómo abordar la otra parte del órgano. El resto se dedica a la ciencia, laminando por zonas el cerebro y congelándolo. Cuando los grupos de investigación necesitan una parte concreta se solicita y desde el banco de tejido neurológico se envía.

A esta labor de promoción, el biobanco suma que ha empezado a trabajar en red, ante la posibilidad de que haya donaciones y ha solicitado un proyecto al Instituto de Salud Carlos III para crear un protocolo de cara a la donación en la región, entre otros aspectos, junto a la Fundación Centro de Investigación de Enfermedades Neurológicas (CIEN) y el hospital Torrecárdenas de Almería. «El gran problema que tenemos en Castilla-La Mancha es que hay mucho territorio» y se necesita trabajar en los protocolos para posibles donantes de otras provincias, ya que el de Ciudad Real se encuentra aprobado, indicó la coordinadora del biobanco. Esa donación en Ciudad Real implica que se comunique la muerte a un teléfono de guardia 24 horas, el de la secretaria general de AFA, Inés Campillo, para iniciar el protocolo destinado a la extracción del cerebro. Además de diseñar ese circuito, cómo se trabajará en otros hospitales, la financiación podría mejorar la dotación de personal del banco de cerebros de Castilla-La Mancha.

Por último, este año y medio y la divulgación a futuros donantes avanzará también en las voluntades anticipadas, el documento de Castilla-La Mancha para decidir aspectos de cuidado y del final de la vida, donde se pedirá que haya un apartado específico que permita la donación cerebral. 

«Hay que donar cerebros sanos». Buena parte de los predonantes que tiene en estos momentos el Banco de Tejido Neurológico de Castilla-La Mancha proceden de la labor de captación que realiza AFA Ciudad Real desde que comenzó el biobanco, según recuerda su secretaria general, Inés Campillo.

«En la asociación tenemos algunos matrimonios que quieren donar el cerebro tanto la persona que tiene alzheimer, como quien está sano», indicó Campillo, quien apuntó la importancia de «donar cerebros de control, cerebros sanos» para ver las diferencias de cara a la investigación. 

Esto muestra que cualquier persona puede ser donante, no hace falta tener una patología para inscribirse. El primer paso puede ser, a través de la web del biobanco, o llamando al teléfono de este servicio ubicado en el Hospital General para pedir cita. «Hay que rellenar un consentimiento informado, con los datos personales», comentó el técnico del biobanco, Javier Arias. El consentimiento de donación a la ciencia puede ser revocado.