Lorenzo Ginés circulaba con su automóvil entre los viñedos de Finca Loranque, en Bargas, cuando avistó un lince ibérico. Los penachos de las orejas identifican claramente a este felino amenazado que protagoniza una efectiva campaña de recuperación en los últimos años. «No era huidizo», detalla este experto vinícola.
Este hombre de 51 años acostumbrado a ver ejemplares de diferente pelaje en el campo, avisó rápidamente a la Junta de Comunidades del hallazgo, ocurrido entre octubre y noviembre del año pasado. Entonces, la Consejería de Medio Ambiente instaló inmediatamente unas diez cámaras en la finca y colocó una trampa para capturar al lince ibérico, que había perdido el localizador que llevan incorporado al cuello.
Tan solo cuatro días después del avistamiento, los técnicos lograron la captura del ejemplar y lo soltaron inmediatamente. «Y nosotros nos quedamos con la satisfacción de que el felino más amenazado del planeta ha estado a gusto en nuestro terreno y, por supuesto, con estas maravillosas fotos», explicaba recientemente en sus canales de difusión propios esta bodega de vinos de Bargas, que ha tardado unos meses en difundir el hallazgo para velar por la integridad de este felino protegido.
El mejor posado robado de un lince ibéricoDe hecho, los trabajadores volvieron a ver al lince ibérico días después de la captura, pero hace ya tiempo que no hay rastro de este animal en libertad, cuyas sueltas controladas son frecuentes últimamente en diferentes poblaciones de la provincia.
Hace un año, la población de linces ibéricos de Castilla-La Mancha estaba formada por 265 individuos mayores de un año (adultos y juveniles) y 208 cachorros detectados pertenecientes a 78 camadas silvestres. De los cachorros nacidos en libertad en el año 2021 en las tres zonas con presencia de lince en la región, 104 lo hicieron en Los Montes de Toledo, 66 ejemplares en Sierra Morena Oriental y 38 en Sierra Morena Occidental, donde la especie ya estaba presente anteriormente.