Nuevo paso de gigante en la lucha contra el alzhéimer. Si hace cuatro años un grupo de investigadores encontró a una mujer colombiana, Aliria Rosa Piedrahíta, que podría tener la llave contra esta demencia, ahora un equipo de especialistas de EEUU, Alemania y dicho país sudamericano han localizado a una segunda persona que posee las mismas armas que la mujer para derrotar a esta enfermedad neurodegenerativa, una dolencia que ya afecta a más de 38 millones en todo el mundo.
Según los expertos del estudio, que publicaron ayer la investigación en Nature Medicine, se trataría de una rara variante que se asocia a una mayor resistencia en el tiempo ante un tipo de alzhéimer hereditario de inicio temprano, lo que señala una vía molecular que podría usarse terapéuticamente para aumentar la resiliencia al deterioro cognitivo de la enfermedad.
Esta variante se encontró en un hombre ya fallecido, que no tuvo problemas cognitivos hasta los 67 años, aun siendo portador de una mutación conocida como Paisa, en el gen PSEN1, que predispone a sufrir alzhéimer autosómico dominante (ADAD), una forma hereditaria poco frecuente.
Es decir, los portadores de Paisa suelen desarrollar deterioro cognitivo leve a una edad temprana de 44 años, demencia a los 49 y fallecen por complicaciones a los 60.
El estudio se ha centrado en un grupo de población de 6.000 personas en Colombia que cuentan con esta variante Paisa, y que por tanto acabarán desarrollando la enfermedad de forma prematura.
La variante genética ahora identificada y que han llamado Reelin-COLBOS se produce en el gen RELN, que codifica la proteína reelina, que tiene un papel fundamental en la regulación del desarrollo y la función de las células cerebrales.
Los expertos son claros a la hora de indicar que la naturaleza hizo «un experimento excepcional con estos sujetos: los dotó de un gen que causa el alzhéimer y, al mismo tiempo, de otro que los protegió de los síntomas durante más de dos décadas», destacó el director de Neurociencias de la Universidad de Antioquía y coautor del nuevo estudio, Francisco Lopera.
La solución pasa por «imitar a la naturaleza desarrollando terapias que imiten el mecanismo de protección de estas variantes genéticas en sujetos con riesgo de padecer la demencia», agregó.
Sin deterioro cognitivo
El equipo analizó datos clínicos y genéticos de unas 1.200 personas de Colombia portadoras de la mutación Paisa, en el que identificaron a ese hombre que permaneció sin deterioro cognitivo hasta los 67 años, progresó a demencia moderada a los 72 y falleció a los 74.
Los investigadores compararon este caso con el de la mujer con otra variante genética poco frecuente del gen que codifica la apolipoproteína E (APOE), denominada Christchurch. Esa mujer permaneció sin deterioro casi 30 años después de la edad prevista de aparición, a pesar de mostrar indicios de azhéimer en el cerebro.
Dos de las características de esta dolencia son la presencia de placas del péptido beta amiloide y la formación de ovillos de proteína tau.
Tras comparar las características de ambos sujetos, el equipo vio que mostraban una patología amiloide generalizada.
Sin embargo, había una agregación limitada de la proteína tau en la corteza entorrinal, una región cerebral que se ve afectada característicamente en las primeras fases clínicas de la enfermedad.
Aunque no pueden descartar por completo que otros factores, incluidas variantes genéticas adicionales, hayan contribuido a la resistencia del paciente frente a los síntomas, las pruebas experimentales en estudios preclínicos implican fuertemente a esa variante.
El equipo tiene previsto continuar su trabajo para identificar más pacientes protegidos de estas familias colombianas y también investigar tratamientos dirigidos a esta vía protectora.