Ana Nodal de Arce

Me la juego

Ana Nodal de Arce


Los mejores

28/09/2023

No entiendo qué está pasando en nuestra sociedad ni dónde quedaron los valores de tolerancia y respeto que nos inculcaron en casa y en la escuela. Me hago cruces sobre esos principios que se autoimpusieron los padres de la Constitución, con un Carrillo que aceptaba una monarquía o unos integrantes del Movimiento dispuestos a perder sus privilegios con tal de dotar al pueblo de esa democracia ansiada. Ahora, el ambiente está crispado, tenso e irrespirable, mientras miramos a un futuro incierto, porque, para qué negarlo, no somos millonarios ni tenemos dinero para comprarnos ese cohete al que se refiere Yolanda Díaz para huir de un planeta que asusta.

Si nos quedamos en España, temblamos ante un posible gobierno en el que puede figurar en un puesto de excepción la señora del cohete, que no se habla con la de la tarta, la señora Montero, Irene, y en el que es posible que el señor Sánchez, Pedro, haga borrón y cuenta nueva para favorecer a unos delincuentes que la liaron a lo grande en Cataluña. Y se quedará tan pancho, imponiendo su doctrina por encima de las opiniones de los socialistas de toda la vida, a quienes no dudará en echar del partido si le llevan la contraria. Y, por si fuera poco, entra en escena Óscar Puente. Gran ambiente. Muy democrático todo.

En Toledo, esa crispación quedó patente en la plaza de Zocodover, donde algunas presuntas feministas increparon a dos concejalas del PP, una de ellas junto a su hija menor, por manifestarse contra la violencia machista. Gran ejemplo de sororidad. ¿Desde cuándo el feminismo es excluyente? ¿No es necesaria la implicación de toda la sociedad para luchar contra los asesinatos a mujeres o es que las que militan en siglas ajenas son menos válidas como personas que ellas? ¿Esas salidas de tono no son, precisamente, violencia contra una mujer y, lo más grave, contra una niña? ¿Ese es el ejemplo de educación y de igualdad al que aspiran? ¿Hay que llevar el carnet de un partido de los suyos en la boca para poder expresarse libremente? Pues que se manifiesten en su sede y no en una plaza pública. He dicho.

Voy a lo positivo: en esta sociedad en la que se ha perdido gran parte de la sensatez, en la que se aplaude a terroristas de ETA, convertidos en héroes de documentales, y se reivindican principios que creíamos superados, descubrir que no todo está perdido, resulta alentador. Nuestras grandes esperanzas son esos niños, adolescentes, jóvenes, que, gracias a una esmerada labor de sus educadores, aman la cultura, abrazan el arte y ven su futuro ligado a unos valores que, ojalá, sean capaces de resucitar. Me refiero a los alumnos del colegio San Lucas y María y los de los institutos Universidad Laboral y Sefarad, quienes nos emocionaron cuando, el pasado sábado, salieron a recoger junto a sus profesores, el premio especial que les otorgó el Patronato del Rojas por su participación en las campañas de teatro escolar. Alguno de ellos, incluso, desveló su afán por seguir la senda de la interpretación. Estos chicos son nuestro bien más preciado. Ojalá continúen esa senda marcada por unos principios que huyen del odio exacerbado y contribuyan con su talento a convertir a Toledo en la capital cultural que todos ansiamos. Adelante, ¡sois los mejores!