Una manifestación colorida y festiva recorrió el Casco Histórico de Toledo en la tarde del sábado exigiendo «frenar la amenaza» desencadenada por la negativa de diferentes ayuntamientos, entre otros el de la capital regional, a celebrar el Orgullo con los símbolos de la diversidad de identidades. La marcha, desde la plaza de Zocodover hasta la del Ayuntamiento, contó con la presencia de la consejera de Igualdad, Blanca Fernández, la secretario regional de UGT, Luis Manuel Monforte; los concejales socialistas Nuria Garrido, Teo García, Paco Rueda, Marta Medina, Ana Abellán, Carlos Vega y Laura Villacañas, y las número uno y dos de Sumar al Congreso, Marta Romero y Olga Ávalos. Sin embargo, ningún edil del nuevo equipo de Gobierno municipal participó en el acto.
La polémica por la no colocación de la bandera arcoíris en la fachada del edificio consistorial ha marcado el primer desencuentro entre este colectivo y el bipartito. Al grito de «Velázquez, escucha, seguimos en la lucha», «Partido Popular, estas no son formas de empezar a gobernar» o «Ay, Soledad, quitar la bandera no es igualdad [en referencia a Soledad Illescas, concejal de Asuntos Sociales, Inclusión, Familia y Mayores]», la manifestación exigió un refuerzo del activismo. «Ni un paso atrás», clamó el casi millar de manifestantes al final de la concentración.
«Un sector de la sociedad quiere imponer la discriminación, pero en España les vamos a frenar», aseguraron los representantes de la asociación Bolo-Bolo encargados de leer el manifiesto. «Donde se pone el arcoiris no puede existir la desigualdad», añadieron. Los responsables del movimiento se refirieron a la nueva etapa política como una «oleada reaccionaria» y urgieron a las familias Lgtbi a «permanecer unidos» para «frenar la amenaza» que suponen determinados discursos públicos. «Nuestros derechos están en riesgo», aseguran.
Cerca de mil personas se manifestaron por las calles de Toledo para reivindicar el respeto a la diversidad. Los activistas por los derechos de identidad personal lamentan que aquellos que les «señalan» lo hagan con el objetivo de devolverles «al armario». Las asociaciones vinculadas a esta causa denuncian el aumento de los delitos de odio, una realidad que achacan a aquellos que «vomitan odio desde las administraciones públicas». Todos los participantes en el Orgullo 2023 critican una violencia verbal y física creciente. «Los delitos de odio son las consecuencias; los discursos de odio son las causas».
Sobre la ausencia de la bandera arcoíris de la fachada del Ayuntamiento por primera vez en 17 años también se manifestó la responsable regional de Igualdad. Fernández aseguró que esta enseña «no ofende y convive con las banderas de Castilla-La Mancha y de España».
Los manifestantes, jóvenes en una gran proporción, confirman su deseo de mantener para su reivindicación el mismo estatus «de los últimos 20 años», un periodo expansivo para el colectivo. «No vamos a permitir ni un solo recorte a nuestros derechos; no vamos a retroceder». En el inicio de la marcha, dos mujeres de credo cristiano evangélico, micrófono en mano, aludieron a la salvación y el pecado.
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Bolo-Bolo finalizó la marcha con la entrega de premios a personalidades que se han significado en favor de sus derechos. Fueron reconocidos Ana Payo, Tito Cañada, Carlos González Beltrán y la propia Ávalos. La asociación llamó a la movilización. «Nuestra unión parará el odio. Que nadie se quede en casa: vamos a envolver a Toledo en las luces del arcoíris».