«Ni El Corte Inglés ni otra empresa van a salvar a Perim y al Ayuntamiento»

J. Monroy | TOLEDO
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Hay muchos planes para Santa Teresa y sus alrededores, pero todo está parado. ¿Por qué se da esta lentitud o estos retrasos?

No quieren que salgan algunos proyectos. Hay una cuestión que está muy clara: primero se hizo el Plan Director de Vega Baja y no se cumple para nada. Segundo, se hizo el mal llamado Perim de reforma interior de Santa Teresa. Antes de cumplirse los dos años, en octubre o noviembre, yo alerté en la Junta de Distrito y pedí que se llamara al concejal de Urbanismo, Javier Nicolás, para que nos explicara cómo estaba la situación. Hay que recordar que en el mes e diciembre se aprobó en el Pleno con muchas prisas el desarrollo del Perim, porque si no, no llegaban. Lo hicieron así porque en febrero terminaba el convenio que había entre el Ayuntamiento, la Junta e Infraestructuras de Defensa para la cesión de varias parcelas a la ciudad a cambio de la urbanización de la zona. Hacer la actuación costaba cuatro millones y medio. El resultado es que como El Corte Inglés no se instala, no hay dinero, y no se hace el Perim, así de sencillo. El mismo concejal nos reconoció en la Junta de Distrito de que no puede hacer nada, que mientras que no venda parcelas, y ahora venderlas es dificilísimo. El resultado es que estamos en agosto, seis meses después de que se cumpla el plazo del convenio, y el Ministerio se ha cansado, vuelve a retomar la propiedad y quiere venderlas directamente. Ha puesto a la venta la parcela más importante, en la que iba a instalarse El Corte Inglés. Pero no lo va a comprar nadie.

Entonces, ¿está convencido de que no viene El Corte Inglés?

¿Quién va a invertir en una mediana o gran superficie en un barrio como este tal y como está la situación económica y cuando están cerrando muchos comercios aquí? Me parece bien que el alcalde tenga esperanza, porque la tiene que tener. Pero al margen de lo que diga, El Corte Inglés, en sus asambleas anuales, como la del mes de junio, ha dicho claramente que no va a crear más centros comerciales, porque no tienen rentabilidad. Y el propio concejal de Urbanismo nos dijo que no contaba con El Corte Inglés, sino que estaba esperando alguna empresa que quiera invertir en comprar esa parcela para una gran o mediana superficie. Pero no hay quien invierta. Aquí ni El Corte Inglés, ni ninguna otra empresa, va a salvar el Perim ni la vida del Ayuntamiento.

Entonces, ¿tendremos el Perim parado sine die?

Estamos esperando simplemente una de las cuestiones importantes, como es la reparcelación, es decir, determinar definitivamente qué parcelas de ese Perim son para el Ayuntamiento y qué parcelas se queda Defensa.

Lo que sí ha comenzado es la actuación privada en la avenida de América.

Eso es lo que le urge al Ayuntamiento. Ya está todo vallado porque ha comenzado el estudio arqueológico de la parcela, pero no está claro que se vaya a construir todavía. De hecho en el Ayuntamiento aún no se ha recibido el proyecto definitivo. Tienen un plazo para hacerlo, pero todavía no sabemos dónde estamos.

¿Qué hay que hacer con Vega Baja?

Para nosotros, Vega Baja no es sólo lo considerado Bien de Interés Cultural, sino todo, desde la avenida de América y Maestros Espaderos, hasta el río. Como Asociación de Vecinos nos preocupa muchísimo. En la Vega Baja lo que hay que hacer es en principio urbanizarla, como obliga el convenio. No puede ser que para ir al colegio de Santa Teresa, los niños atraviesen un aparcamiento de coches muy peligroso. Ni siquiera nos hacen un camino de seguridad escolar hasta el colegio, que tampoco será tan complicado. Queremos una expansión del barrio que le dé más vida y más criterio, que no estemos tan encerrados y llenos de coches, que nos acerque más al río.

A nosotros no nos gustaba la urbanización prevista, y estamos dispuestos a negociarla. Pero que hagan por lo menos el Perim, las cuatro calles que hay previstas, las cuatro calles. Lo que queremos es que se urbanice para que tengamos más facilidad de comunicación con el río, que lo tenemos a doscientos metros. Hoy está todo vallado y no podemos acceder ni a la senda ecológica.

Porque no queremos ser el aparcamiento de toda la ciudad, y hoy todos los espacios sin vallar son exclusivamente aparcamientos de coches. Se están convirtiendo en aparcamientos disuasorios en detrimento de los aparcamientos de pago. Queremos acercarnos al río, como propone el POM. Su redactor recoge que lo mejor sería que desde la Reconquista hasta el río se permitiera una llegada fácil hasta el río, con calles y avenidas, no con circulación, sino paseos y arboledas.

Además, este equipo de Gobierno no tiene en cuenta que en todo lo que concierne a Vega Baja no sólo está implicada Santa Teresa, sino también los residentes del Circo Romano, San Pedro el Verde y el Poblado Obrero. A la Junta sólo le corresponde la zona protegida, el resto no. La zona protegida está totalmente abandonada, y también la propiedad del Ayuntamiento. No hacen absolutamente nada ninguno, y algún día va a llegar un pirómano. En la avenida de Carlos III no han  hecho absolutamente nada, y nos preocupa mucho.

Me llama ahora la atención cuando la Junta dice va a convertir toda la zona protegida en un pulmón verde, todo esto, al margen de los vecinos que formamos el entorno. Se hacen ahora una foto allí diciendo que están desbrozando, cuando llevamos todo el año, desde enero, diciendo que allí va a ocurrir algo grave. Sobre todo los de San Pedro el Verde estaban muy preocupados.

Pero si se quitan los aparcamientos, ¿no habrá problemas para aparcar en el barrio?

Para los vecinos, ninguno. Nosotros tenemos nuestra zona azul y tenemos nuestra tarjeta de residente. Además, hay muchas plazas de garaje.

Pero entre Vega Baja y el río está la Universidad.

Nosotros ya pedimos en su día que el Campus de la Universidad no esté cerrado en ningún momento. Es el único Campus universitario que conozco yo en este país que está cerrado, con vigilantes jurados en cada puerta. Debe ser un Campus abierto, donde se pueda respirar, y permita la comunicación con la cultura. Eso conlleva que también nos acerquemos al río.

De hecho, seguimos reivindicando la pasarela peatonal, que tras el convenio de hace cinco años, firmado con este equipo de Gobierno, sigue cerrada. Decían que se iba a abrir de ocho de la mañana a nueve de la noche, a cambio de los pabellones concedidos a la Universidad para su desarrollo. Pues ya tienen los pabellones, y eso no se ha abierto para nada.

El Ayuntamiento compró esos terrenos a Defensa por casi cinco mil millones de pesetas y luego se los cedió a la Universidad, y yo creo que como toledanos tenemos derechos. He pedido en la Junta de Distrito, y todavía no me han contestado, que se puedan hacer visitas a los pabellones más históricos de la Universidad. Algunos son del año 36, con unos sótanos que servían para evitar bombardeos a la Fábrica de Armas, con pasadizos con una historia muy rica. Como toledanos tenemos derecho a vivir la cultura de esa universidad, que se abran al público los pabellones para poderlos visitar.

Entonces, lo único que parece que se va a hacer es la reforma del Poblado Obrero.

Yo me enfadé muchísimo cuando en la última Junta de Distrito el concejal de Urbanismo nos explicó esta historia, hacer una remodelación de todo el Poblado Obrero. Para empezar, yo no sé cómo se lo van a tomar sus habitantes. El Ayuntamiento propuso, sin que lo conocieran los vecinos, una remodelación de las calles en las que les quitan las aceras y retranquean algunas vallas de viviendas para tener más amplitud, y directamente privatizar las calles, para que sólo tengan acceso los propietarios de las aceras para entrar a sus garajes. ¿Eso con qué dinero se va a hacer? Porque no hay dinero para nada. Nicolás dijo que eso no iba a costar nada, pero digo yo que alguien lo tendrá que pagar. Pero a ver cómo expropian a los vecinos lo que tengan que retranquear. Luego lo que nos aterra es que legalicen los cambios en las viviendas que ya están hechas, y prohiban que lo vuelvan a hacer. Ha habido falta de control, han construido dos alturas cuando no estaba permitido, han cambiado totalmente la fisionomía de las casas. Eso no es ni medio serio. Que se decidan de una vez, porque eso no lo permite el POM.

Luego, ¿necesita Santa Teresa actuaciones urbanísticas internas?

Santa Teresa no, porque es un barrio muy pequeño, en el que ya está todo construido. Somos sólo asfalto y ladrillo, y no tenemos otras posibilidades. El parque más cercano, el del Parque Escolar, apenas da para pasear. Nuestra única expansión posible es Vega Baja. Lo que hay que hacer es reordenar el mobiliario. Lo hemos pedido hasta la saciedad. Porque hay una diversidad increíble. Hay bancos de piedra de las distintas cajas, bancos de madera con respaldo, sin ellos... hay siete u ocho mobiliarios distintos en un barrio tan pequeño. Debería haber por lo menos una unificación. Pero es lo único que necesitamos, además de la poda de árboles.

¿Cómo funcionan los servicios?

Aquí sólo hay los servicios que funcionan automáticamente, como la limpieza, pero nada más.

¿Y cómo marcha el comercio?

El comercio marcha mal. Aunque no estoy de acuerdo en que estén cerrando locales hosteleros. En este barrio, al menos, no. Incluso han abierto alguno más, como el de la plaza de Filipinas. Cierran y abren con otro nombre. Teóricamente, son casi 350 comercios los que hay en este barrio, incluidos los hosteleros, al margen de que en algunas viviendas hay ciertas clínicas, por ejemplo. Pero muy poquitos, si es que hay alguno, es de residentes de Santa Teresa. Lo que ocurre es que ya son por lo menos setecientas personas que tienen que venir en coche, y que necesitan un aparcamiento disuasorio o convenir con el Ayuntamiento una solución. Pero una ciudad no puede estar mirando en esto de cara a un futuro. No se puede parar.

¿Y hay preocupación entre los comerciantes por los robos?

Sí, y están pidiendo a la Policía Nacional que vigile más. Y la respuesta es positiva. Yo puedo asegurar que hay más vigilancia. Había mucha ya, la Policía venía cada dos horas a patrullar. Ahora hay mayor frecuencia, pero además van con un coche camuflado.