Miguel Ángel Dionisio

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Miguel Ángel Dionisio


Herrera en el Prado

05/07/2023

El verano es siempre un buen momento para disfrutar del arte. En éste, además, es una estupenda manera de escapar del agobiante bombardeo de propaganda política que estamos sufriendo, y que irá in crescendo hasta el 23 de julio. Afortunadamente, la oferta cultural de la que disponemos es extraordinariamente rica y, en el caso que les quiero compartir, de una altísima calidad.
El Museo del Prado nos ofrece dos exposiciones que se complementan magistralmente. Ambas nos hablan del esplendor pictórico del siglo XVII. Una está dedicada al pintor boloñés Guido Reni, uno de los mejores representantes del clasicismo que en su ciudad natal implantaron los Carracci. La otra, a un genial sevillano, polifacético, capaz de conjugar la dedicación a la pintura, el dibujo o el grabado con la actividad como arquitecto, escenógrafo e ingeniero. Francisco de Herrera el Mozo, hijo de otro Francisco de Herrera, llamado el Viejo, también pintor de esa portentosa escuela sevillana, de la que saldría el genio de Velázquez. La muestra, titulada Herrera el Mozo y el Barroco total, nos ofrece una completa y actualizada visión de un artista que desarrolló su labor, tras una formación romana, en la corte, brillante desde el punto de vista artístico, de Carlos II –cuyo reinado la reciente historiografía va rehabilitando, tras superar anquilosadas y falsas visiones centradas en aspectos macabros, mostrando un soberano mucho más capaz que lo que la trasnochada imagen de los mal llamados 'Austrias menores' ha venido repitiendo sin demasiado fundamento archivístico e investigador-, en la que alcanzó el título de pintor del rey.
La exposición permite contemplar con nueva luz la obra de Herrera, desde el majestuoso Triunfo de san Hermenegildo o los bellísimos sendos Sueño de san José, hasta su labor como escenógrafo, con la reconstrucción, en la última sala, del montaje que realizó para la representación de la que fue la zarzuela más antigua interpretada que conocemos en España, Los celos hacen estrellas, de Juan Vélez de Guevara. Asimismo podemos descubrir su dimensión como arquitecto, autor de las trazas para la construcción del nuevo templo del Pilar de Zaragoza. O el memorial que dirigió a Carlos II para la creación de una academia de matemáticas, un erudito texto en el que defendía la pintura y la arquitectura como artes liberales por lo que tienen de ciencia matemática.
Comisariada la muestra por Benito Navarrete, el recorrido expositivo es de una belleza deslumbrante, ofreciendo una completa visión de uno de los muchos genios de nuestra historia artística. En Roma era conocido como 'el español de los peces', y la denominación no parece muy desacertada si observamos el Vendedor de pescado del Museo de Ottawa. Como también corroboraremos, tras contemplar su arte, la denominación de 'el mejor Apeles de España' con la que le honraron sus coetáneos.
Estamos ante una verdadera apoteosis del barroco español que no defraudará a ningún amante de las Bellas Artes. Háganme caso.