El CiBRA aclama la trayectoria de la inagotable Lola Herrera

Á. de la Paz
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La actriz vallisoletana desgrana un recorrido profesional que comenzó en la radio, transitó por una televisión recién inaugurada en España y ha tenido al teatro como referencia permanente, el mejor escenario para «la conexión directa con el público»

La actriz Lola Herrera junto al empresario teatral Jesús Cimarro - Foto: La Tribuna

La carrera profesional de Lola Herrera se extiende desde hace siete siete décadas, una larga trayectoria que ha desgranado en un coloquio celebrado en el Museo de Santa Cruz bajo el marco del festival CiBRA, el último certamen cultural que le ha reconocido tan fecunda labor. El premio Alice Guy con que el ciclo toledano distingue cada año a una figura destacada de la creación cultural ha homenajeado en 2023 la figura de una intérprete aplaudida por público y crítica y cuyo tiempo se sigue conjugando en presente. «Las mujeres de mi generación hemos tenido que batallar, nos ha tocado todavía una batalla muy grande», asegura la vallisoletana.

El recorrido artístico de Herrera se inició en la radio, el medio de comunicación de masas antes de la irrupción de la televisión. Cantó primero e interpretó después. La llegada de la pequeña pantalla a España le abrió la puerta definitiva a la interpretación. Las primeras funciones teatrales de la cadena pública se emitían en vivo, un «vértigo total» que obligaba a un ejercicio recurrente de improvisación. «Hacer aquello en directo era morirse a chorros», rememora Herrera.

La actriz castellana ha tenido en Miguel Delibes a un autor fetiche, más allá de haber interpretado las obras de otros dramaturgos locales y foráneos con los que también ha brillado. «He tenido un abanico de personajes muy variado: unos más estupendos y más fáciles de hacer porque tenían mucha chicha y otros menos», explica.

Enamorada del teatro, recuerda aquellos primeros años de largas giras y dos representaciones por día. «Te dedicabas a ello como si te metieras en un convento porque no salías de él», rememora. El cine, que también hizo, queda -como la televisión- lejos de sus intenciones próximas. «¿Qué se me ha perdido en Hollywood?», inquiere cuando se le pregunta por el salto que no dio a las grandes producciones internacionales. Herrera defiende «la conexión directa con el público» como la mejor de las sensaciones.