Recogida de material para un orfanato en Mozambique

J. Monroy
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Los interesados pueden entregar todavía hoy en el bar de la piscina de Santa Bárbara material escolar, pañales, calzoncillos, tiritas y gasas, todo que no pese demasiado

Recogida de material para un orfanato en Mozambique - Foto: David Pérez

Son una pareja toledana que esta semana parte para Mozambique a ver un familiar, y como en años anteriores, ha iniciado una campaña de recogida de material escolar y ropa para los niños de un orfanato. Quienes quieran ayudar tienen todavía el día de hoy para llevar sus donaciones al bar de la piscina de Santa Bárbara.

Hace cinco o seis años que Javier Castellanos se fue a Maputo, la capital de Mozambique, para colaborar un mes, y allí se quedó. Hoy sigue de voluntario en orfanato de Casa do Gaiato, y además dirige una óptica. En el orfanato hay unos 150 chicos entre cero y dieciocho años, todos de género masculino.

Desde entonces, cada vez que su hermano y su cuñada, Laura García de Blas, viajan a verlo, aprovechan que cada uno puede llevar dos maletas de 23 kilos para llevar material escolar, material sanitario y ropa que no pese mucho y que es muy necesario para los niños del orfanato.

Calzoncillos y más. Recuerda García de Blas que hasta el orfanato suelen llegar contenedores de ropa, «pero lo que no se suelen donar son calzoncillos, y los niños tienen uno o dos, algunos ninguno». De ahí que ellos se propongan llevarlos desde España gracias a donaciones, como la del Club Deportivo Sonseca, que aporta una equipación completa de fútbol.

A eso hay que unir que siempre viene bien material escolar, como lápices, ceras, témperas y gomas de borrar, así como ropa ligera. Cada gramo cuenta. Otra necesidad son los pañales y gasas.

Hasta el orfanato de Casa do Gaiato llegan niños huérfanos de una sociedad todavía traumatizada por la guerra civil que concluyó hace dos décadas. Con una sociedad que se dedica sobre todo a la agricultura, explica García de Blas, hay mucha pobreza. El clima es muy cálido, pero cuando llueve, muchas veces el agua arrasa con todo, con lo que «no tienen nada». Un sueldo normal puede ser de cien euros, aunque los más altos no suelen pasar de doscientos, aunque no todo el mundo trabaja. Esta voluntaria explica que los progenitore sin recursos abandonan a sus hijos en el orfanato, donde también llegan muchos niños albinos.

Los interesados pueden donar todavía a lo largo del día de hoy en el bar de la piscina de Santa Bárbara, que desinteresadamente está haciendo la recepción. «Si pueden, que dejen más que nada cositas que pesen poco, los libros en seguida suman y ya nos han dado para todas las edades, sobre todo de matemáticas, porque allí hablan portugués. Necesitan cosas como gomas de borrar o lápices de colores, gasas, tiritas o calzoncillos, que podamos llevar mucho y no nos pese».