La doctora toledana Manuela Cabero, reconocida por su labor

La Tribuna
-

La Fundación para la Cooperación Internacional de la Organización Médica Colegial reconoce la labor médica de la anestesióloga en el ámbito de la cooperación internacional, un trabajo que la facultativa, ya jubilada, ha realizado durante 28 años

La doctora toledana Manuela Cabero en una imagen de archivo - Foto: Víctor Ballesteros

La Fundación para la Cooperación Internacional de la Organización Médica Colegial ha celebrado la primera edición de los premios que reconocen la labor médica en la cooperación internacional. La doctora Manuela Cabero ha sido distinguida como mejor médica jubilada. La condecoración recae en una profesional que durante su trayectoria profesional se ha convertido en un referente en el ejercicio de la medicina y la cooperación internacional, según la nota remitida por el Colegio Oficial de Médicos de Toledo (COMT).

La anestesióloga Cabero es vocal de médicos jubilados del COMT y lleva más de 28 años dedicada a la cooperación internacional en el ámbito sanitario y colaborando en proyectos con distintas organizaciones no gubernamentales.

Cabero realizó estancias como médico durante la Guerra de Yugoslavia entre 1994 y 1996, permaneciendo unos cinco meses en el Hospital Velmos, en Mostar (Bosnia) junto a Médicos del Mundo y otras seis semanas en un programa médico en Pëje (Kosovo) con Cruz Roja.

Además, estuvo durante un mes en el Hospital Al Khar de Bagdad (Irak) durante la guerra de 2003, y otro mes en el Hospital de Santa Rosa (El Salvador) para asistir a las víctimas del último terremoto enrolada en el equipo de Médicos del Mundo. Del mismo modo, trabajó dos años consecutivos en los campamentos saharauis en Tindouf (Argelia) en programas quirúrgicos de quince días promovidos por la Junta de Castilla-La Mancha. También participó en Senegal en un programa quirúrgico de dos semanas con la ONG Yaarama en abril de 2008. 

Asimismo, Cabrero formó parte de la primera misión para el ébola con la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) en agosto de 2014 en Kenema (Sierra Leona). En enero de 2015, asistió como médico en el Centro de Tratamiento de Ébola (República Democrática del Congo).

Años más tarde, ejerció en la isla griega de Samos atendiendo refugiados procedentes de la costa turca con Cruz Roja durante el otoño de 2015. También se personó en el campo de refugiados heleno de Ritsona entre diciembre de 2016 y enero de 2017. En mayo 2022, Cabero se desplazó hasta Zahony (Hungría), junto a la frontera magiar con Ucrania para asistir a las víctimas de la agresión rusa sobre el país eslavo.