Un taller de costura como método de supervivencia

Galán
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Las Jerónimas de San Pablo llevan décadas trabajando en un taller de costura ubicado en el interior de su convento con el fin de obtener los ingresos necesarios para su mantenimiento. Piden ayuda para adquirir nuevas máquinas de costura

Principalmente realizan encargos de prendas litúrgicas o cofrades. - Foto: Yolanda Lancha

Es fundamental que la ciudad de Toledo pueda preservar y mantener espacios que aglutinan tanto patrimonio en unos cuantos metros cuadrados. Por ello, más allá de lo que deban hacer las administraciones competentes para lograr el fin de sustentar la supervivencia de los conventos, las propias órdenes religiosas que allí conviven llevan siglos realizando labores que les permitan sobrevivir.

En el caso de las Jerónimas de San Pablo, durante décadas las hermanas de este convento toledano cuentan con un pequeño taller de costura para recibir ingresos. Aunque ellas mismas recalcan que su principal función en el día a día es la actividad religiosa, en determinadas épocas del año, especialmente durante las semanas previas a Semana Santa o el Corpus Christi, reciben encargos para realizar prendas relacionadas con las diversas cofradías o capítulos de todo el territorio nacional. También suelen acometer trabajos de costura en otros elementos litúrgicos como casullas para sacerdotes o manteles.

Un negocio instaurado durante años en base a la fidelidad. Y es que las hermanas de esta orden religiosa detallan que llevan muchos años con los mismos proveedores, porque argumentan que pueden encontrar alguno más económico, pero la confianza lograda con los actuales les permite flexibilizar los pagos si en algún caso tienen más dificultades para afrontarlos. 

Principalmente realizan encargos de prendas litúrgicas o cofrades.Principalmente realizan encargos de prendas litúrgicas o cofrades. - Foto: Yolanda LanchaEl taller de costura ubicado en el interior del convento está compuesto de máquinas donadas por particulares u otras empresas. Además, su mención sirve para que las Jerónimas de San Pablo puedan realizar un llamamiento al respecto. En este sentido, las hermanas piden colaboración ciudadana por si alguien puede donarles nuevas máquinas, ya que «muchas de las actuales están rotas y si no cosemos, no ingresamos dinero», recalcan.

Pese a estar habituadas a esta fórmula de ingresos, hubo un tiempo en el que la fuente principal no era ésta, sino que era una chocolatería. Un área del convento que eliminaron alrededor de 40 años atrás ante la proliferación de nuevos comercios relacionados en la ciudad que redujeron exponencialmente sus ventas.

La vida en el interior de un convento tiene unas funciones claramente marcadas, pero el mantenimiento del mismo y de todo su patrimonio es tan alto, que las hermanas se ven obligadas a encontrar una fuente de ingresos.