Jorge Jaramillo

Mi media Fanega

Jorge Jaramillo


La venganza

06/11/2023

La Comisión Europea parece haber dejado aparcada la revisión de la normativa de bienestar animal, aunque no porque renuncie a legislar más sobre las densidades máximas en las granjas, por ejemplo, o cambiar otras condiciones en los modelos de cría, sino porque sencillamente agotó el tiempo de la actual legislatura.

Las bases o propuestas para dar otra "vuelta de tuerca" al sector ganadero en la práctica totalidad de las cabañas, tenía ya la inspiración en las recomendaciones de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), lo que había desatado un enorme desasosiego entre la producción, la industria o incluso la distribución por la hipotética reducción de los espacios o el número de animales por metro cuadrado y sus repercusiones en los costes.

La preocupación es creciente, y aunque el debate pierda fuelle ahora, el COPA-COGECA, y numerosas organizaciones ganaderas, creen que resurgirá. Coag ha elaborado un informe con los primeros cálculos de lo que representaría bajar la productividad para advertir de las consecuencias en la cesta de la compra, sabiendo que las necesidades alimentarias de la población mundial son crecientes.

Pero parémonos ahí. ¿Hasta qué punto nos preocupa el encarecimiento de ciertos bienes de consumo a tan largo plazo? Y en todo caso, ¿quién pide estos cambios y con qué razonamientos si la Unión Europea aplica un marco regulatorio de los más exigentes del mundo en materia de bienestar? Los lobbies que lo reclaman, ¿qué fin persiguen realmente?

Resulta preocupante algunas encuestas realizadas al efecto con preguntas tan obvias como genéricas para justificar la conveniencia de incrementar el bienestar de las especies. ¿Quién va a estar en contra de que los animales estén en las mejores condiciones posibles? Pero, ¿se conocen realmente esas normas de cría, reproducción o engorde que rigen para cualquier explotación?

"La Venganza del Campo" es el título del libro escrito por el ex Ministro de Trabajo, Manuel Pimentel, también ingeniero agrónomo y divulgador. Este próximo jueves, por cierto, participará en Cuenca en el primer foro sobre "Cooperativismo y Reto Demográfico".

Sin embargo, en un encuentro digital organizado estos días por la Asociación de Periodistas Agroalimentarios de España (APAE) para debatir sobre la desafección o desinterés de la sociedad hacia la agricultura, planteó -casi como reza el título de la obra- un escenario catastrofista a no muy largo plazo por el inevitable abandono, lo que se traducirá en la "venganza" sobrevenida para todos.

Y apuntó como ejemplo la humanización que la sociedad viene realizando de los animales por una mímesis con las mascotas con las que convive. Una tendencia que va en aumento.

El planteamiento resulta provocador pero en esa posible relación de causas y efectos encontramos casualmente hábitos hacia un menor consumo de carnes en favor de una "alimentación más saludable", y según algunos interesados, "no contaminante".

Justo estos días leo también los resultados de varios proyectos internacionales de innovación que han logrado producir carne o tejidos cárnicos con idéntico sabor a un chuletón imbatible, pero con métodos de multiplicación de células madre sin necesidad de recurrir al sacrificio masivo de animales, y que esto ya es una realidad, carísima todavía hoy, pero verdadera que ha recibido ya autorización de comercialización en países como Singapur.

Incluso se dice que un afamado cocinero español, estrella de los fogones en América, ya ofrece esa "carne" de pollo de laboratorio en sus menús.

Si este es el rumbo es evidente que algunas actividades -ya de por sí difíciles de sostener en nuestro medio rural-, están más que amenazadas. Si a ello le sumamos un posible final de la globalización como algunos interpretan por los gestos proteccionistas de países en sus estrategias geopolíticas, nos asomamos a un mundo donde la alimentación será el bien más básico, pero también "el más caro de la historia", sostiene Pimentel.

Y entonces, no será un problema de inflación, sino de escasa oferta ante la desbocada demanda de todos los que un día olvidaron a los que obran el milagro.