Una final, sí, pero no

J. M. Loeches
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El Sierra San Vicente acude este domingo al Sargal para medirse al líder, el FS VivoCuenca, del que solo le separa un punto, aunque el Valdepeñas B viene acechando por detrás

El conjunto verde tiene un partido importantísimo este domingo - Foto: Tania Fernández

Suena a final por el título de liga en el grupo castellano-manchego de Tercera División, pero el partido del Sierra San Vicente de este domingo en El Sargal frente al líder, el FS VivoCuenca, del que le separa un punto, tiene sus reservas para Chema Blanco, su entrenador. Y es que, aun ganando, el equipo toledano no habría cerrado todavía el ascenso a Segunda División B.

Su entrenador, Chema Blanco, es quien recuerda que, aunque el máximo enemigo ahora mismo es el cuadro conquense, el Viña Albali Valdepeñas B viene acechando por detrás, pues se halla a solo tres puntos. «Evidentemente, una victoria nos da todas las posibilidades del mundo, así que tenemos que ir a por ello», reconoce el talaverano.

Reconoce que en las últimas jornadas han acusado la presión de estar en la parte alta, por eso han sido más irregulares que los que vienen por detrás: «Es difícil gestionar la situación cuando te enfrentas a rivales que van sin ninguna exigencia». En cualquier caso, confiesa que el ambiente es «muy positivo» de cara a este encuentro. La plantilla se encuentra «ilusionadísima», y cuenta «con el apoyo de toda la comarca y hasta de Talavera, después de una temporada pésima para su club».

Además, como añade el técnico, los jugadores tienen muchas ganas de jugar «en una pista preciosa como es El Sargal». Para Chema Blanco, el FS VivoCuenca tiene «un potencial enorme», del que destaca que «sabe sufrir en partidos igualados».

En todo caso, lo que piensa que sostiene el éxito de esta campaña es «su equilibrio entre el ataque y la defensa, y el salto de calidad que ha dado su portero». Asimismo, el equipo de la Ciudad Encantada cuenta en sus filas con el pichichi del grupo, Jaime Jiménez, que ha anotado hasta la fecha 53 goles en 27 partidos. Por si fuera poco, tiene, a su juicio, «una plantilla larga que domina muy bien los ataques en superioridad del rival», y que es «muy vertical de cara a la portería contraria».

Pero el Sierra San Vicente quiere pisar el acelerador. Es su momento. Chema Blanco considera ya un éxito rotundo la trayectoria de esta campaña. «No necesitamos ser campeones para decir que el año es bueno, pero voy a llorar mucho si no gano, porque soy muy pasional», sigue diciendo el entrenador, que se queda con el trabajo de los últimos años: «Hemos logrado una estabilidad, sin bajar del cuarto puesto en varias temporadas; nos lo merecemos». Esta confianza e ilusión podría transformarse en un ascenso a Segunda B para tocar techo.