Frío al calor charro

Mario Gómez / VILLASECA
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El festejo benéfico celebrado en Villaseca de la Sagra reportó 31.000€ a la Fundación Oncohematología Infantil del Hospital del Niño Jesús

Castaño dio un fuerte toque de atención. - Foto: JL Cárdenas

Una gélida tarde fue testigo del festejo benéfico en favor de la Fundación Oncohematología Infantil del Hospital del Niño Jesús. Morenito de Aranda y Gómez del Pilar tocaron pelo; mientras que Damián Castaño puso el calor al natural. Se lidió un variado encierro de Peñajara que exigió a la terna.

Morenito lo hizo todo en pro del espectáculo en el primero pero no pudo ser. Tres puyazos que permitieron ver un liviano galope del toro y a la muleta llegó vacío. No dejó al de Aranda de Duero ni justificarse, a pesar de que se metió en las cercanías e hizo un esfuerzo hasta que el burel se echó impidiendo ni siquiera que entrase a matar. Antes ya había librado la tragedia cuando el primero hizo presa con él en el recibo a portagayola. Ante el geniudo cuarto Morenito volvió a mostrar ganas y un toreo asentado. Muy capaz el burgalés, supo dar tiempos a un animal que no fue fácil y lo metió en la muleta con emoción. Faena a más que metió al público y paseó una oreja.

Castaño mostró mucho gusto en la faena al quinto. Toreo clásico y cadencioso que el salmantino trazó a base de aguantar parones, coladas y miradas y que puso al respetable de acuerdo. Castaño está para decir mucho en muchas ferias, pero necesita aliarse con los aceros, porque de no ser así, le volverá a pasar como le pasó en Villaseca que perdió lo máximo trofeos por el manejo de la espada. Pero antes dejó una soberbia actuación que arrojó toreando a pies juntos y dejando pasajes memorables.

Mismo concepto que habían mostrado en su primero Damián Castaño, que buscó el toreo vertical ante el que hizo segundo. Un animal potable ante el que el salmantino firmó una aseada tarea, con momentos de mucho gusto y quilates, y que emborronó con la espada.

Gómez del Pilar se extendió en la faena al tercero. Un animal con fondo de nobleza al que el toledano le apostó y le ganó la partida. A base de tragar le sacó muletazos limpios y entramó una interesante faena que terminó toreando sin ayuda por el derecho. Se jugó la voltereta y le sonó el aviso sin perfilarse a matar y mató de estocada caída y descabello, paseando una oreja.

El sexto adoleció de fondo, para pesar de lo cual el torero de Cedillo del Condado extrajo todo lo que el animal tenía. Faena de mucho valor para el aficionado y de calado en lo personal.