Las últimas lluvias de la ciudad han recuperado en parte el caudal del río Tajo, y también de sus afluentes. Como ya ocurriera con la Dana de hace dos años, el arroyo de la Degollada no solo ha recuperado el agua, sino que incluso ha formado algunas charcas y está reviviendo en parte la vegetación de un espacio árido en ocasiones. Todo ello está dejando bonitas imágenes otoñales para quienes se atreven a acercarse al entorno.

Este arroyo recoge toda el agua de la Academia de Infantería y alrededores, y tiene un estiaje muy marcado, es decir, puede quedar seco o prácticamente seco en verano, no corre de continuo. Pero cuando hay lluvias intensas o torrenciales sí que baja con abundancia.

La última vez que la Degollada lució en una situación similar, rememora desde Ecologistas en Acción Roberto Carlos Olivares, fue con la anterior Dana de 2021. Entonces formó en su desembocadura del río una especie de playa de arena y arrastre de materiales, que ahora, curiosamente, ha desaparecido con la repetición del fenómeno.

El arroyo de la Degollada recupera el caudalBonito otoño. Es por lo tanto la Degollada, resume Oliveros, una vertiente conocida en Toledo cuando hay lluvias como las últimas.

Lluvias que han dejado una bonita estampa para quienes se atrevan a subir aguas arriba, con pequeñas cascadas, pozas importantes y el resurgimiento de una vegetación que en ocasiones se seca también por el calor y la falta de aguas. Los arrastres de hace dos años han cambiado la configuración del terreno.

Eso sí, quienes se quieran acercar a ver el arroyo tienen que saber que no es un paseo fácil de hacer. Se han movido algunos firmes y otros lugares están escurridizos. Además, las pendientes son pronunciadas por momentos.

En otros espacios alrededor de Toledo el Tajo trae un caudal abundante. A pesar de la rotura, se salta el azud de Santa Ana. Oliveros entiende que esto episodios serán recurrentes a partir de ahora como consecuencia del camio climático.