La pequeña iglesia parroquial de El Casar de Talavera es un templo fabricado en mampostería de granito con sillería en esquinas y vanos que está rematado por una graciosa espadaña de ladrillo. La puerta norte está tapiada y la sur es renacentista, sencilla, y con una bonita hornacina sobre su arco de medio punto.
Pero esta construcción del siglo XVI, aunque modesta a primera vista, guarda en su interior un patrimonio digno de destacar y que merece ser más conocido. Cuenta con dos altares laterales ornamentados con paneles de cerámica talaverana también del siglo XVI en los que figuran varios santos y una escena de la flagelación. Los azulejos han sido en parte removidos y recolocados, pero muestran magníficas representaciones enmarcadas en decoración de ferroneríe o con cenefas renacentistas clásicas de repetición. Parece que algunos de estos paneles fueron traídos de la desaparecida ermita de San Roque que se encontraba a la entrada del pueblo viniendo desde Talavera.
En el retablo cerámico del lado del evangelio se puede ver una magnífica flagelación de Cristo y sobre ella el martirio de tres personajes con una prensa que oprime sus cabezas. Podríamos pensar que son los Santos Mártires Vicente, Sabina y Cristeta, pues sufrieron ese tormento, pero las tres figuras son de cuerpos masculinos. A los lados del retablo paneles de San Cristóbal y San Sebastián. En el frontal del altar y enmarcados en ferroneríes, San Miguel, San Bartolomé y San Pedro. En otros medallones que decoran los paneles se representan santos como San Francisco, María Magdalena, Santa Catalina o Santa Lucía, y otros. La decoración de los azulejos de repetición es muy variada, como ferroneríes, diseños renacentistas y otros de tradición decorativa mudéjar.
Detalle de uno de los paneles cerámicos. - Foto: Miguel MéndezEn lado de la epístola figuran otros paneles. En el centro y como retablo hay un panel que representa la Anunciación. En uno de los laterales vemos a San Blas y enfrente un "Santiago Matamoros". En el frontal del altar aparece una imagen en azulejos de la Virgen de la Concepción, advocación del templo.
Pero no solo es de admirar la cerámica en la iglesia de El Casar. Otro elemento de interés es la hermosa pila bautismal blasonada con un escudo esculpido de gran calidad, probablemente del siglo XVI, y sobre la que uno de los arzobispos toledanos dijo que era una de las tres mejores de su diócesis. Un crucificado, aunque está deteriorado en su pintura es una imagen de calidad a la que acompañan otras como el San Roque, un San José y otras. También podemos ver un buen retablo barroco lateral, aunque está en crudo, sin dorar ni pintar. El retablo principal también es de calidad, así como un cuadro en su parte superior que representa a Cristo como Salvator Mundi, aunque no está en actitud de bendecir sino sentado y apoyado en la bola del mundo y vestido con traje de la época de su realización. Se han descubierto algunas pinturas en el muro del ábside que se deberían restaurar y consolidar y cuenta también el templo con un púlpito de piedra decorado con pinturas que también habría que restaurar y evitar nuevas reparaciones con cemento.
Pero aparte de todos estos elementos y de la cerámica hay que resaltar un precioso artesonado mudéjar ochavado que sería urgente restaurar y salvar de las humedades pues muestra señales de deterioro. Se trata de un artesonado ochavado con lacería polícroma. En su parte inferior lo circunda un rótulo con alusiones marianas escritas en mayúsculas. Aunque es tardío en este estilo, siglo XVI, es de gran calidad y las cuatro esquinas del presbiterio se rematan en a modo de pechinas de madera con decoración de pinturas con motivos vegetales, bustos y cornucopias. Es necesario y urgente que este artesonado se restaure y se adopten las medidas necesarias para que se detenga su deterioro.
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*Miguel Méndez-Cabeza es Correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo