El papa recibe a la Fundación Madre Esperanza de Talavera

Redacción
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Un total de 160 peregrinos de la Fundación Madre de la Esperanza de Talavera han sido recibidos por el Santo Padre en la Sala Clementina del Vaticano. La Fundación atiende a más de 400 personas con discapacidad intelectual

Foto de Familia del papa Francisco con los peregrinos de la Fundación Esperanza. - Foto: Vatican Media

El Papa Francisco ha recibido hoy en audiencia a un grupo de personas con discapacidad intelectual de la Fundación 'Madre de la Esperanza de Talavera de la Reina', que han estado acompañadas por el arzobispo y presidente del patronato de esta institución diocesana, Francisco Cerro Chaves, así como por familiares, profesionales, voluntarios y benefactores del centro, que esta año cumple el cincuentenario de su creación. En total 160 peregrinos han sido recibidos por el Santo Padre en la Sala Clementina del Vaticano.

El Papa Francisco ha saludado a todos con estas palabras:

«Me alegra mucho que estén hoy aquí y que puedan compartir conmigo y juntos la ?esta de la resurrección del Señor. Una ?esta que se prolonga y que todavía celebramos, en esta vigilia del Domingo de la Misericordia. Sé que ustedes también tienen otro motivo para cele- brar, nada menos que cincuenta años unidos para trabajar y crecer juntos. Y esto es algo muy hermoso».

El papa saludó personalmente a los presentes.El papa saludó personalmente a los presentes. - Foto: Vatican MediaEl camino de la vida es como ese viacrucis que ustedes organizan todos los años para acompañar al Nazareno. Por un lado, hay que preparar muchas cosas, escuchar, aprender, experimentar; en de?nitiva, ayudarse unos a otros, teniendo muchas veces la humildad de reconocer que no podemos hacerlo solos. Después hay que pedirle al Señor la valentia de sa- lir a la calle, llevando su imagen para que todos lo puedan contemplar. Y así, ustedes llevan a Jesús a los demás, aunque no se den cuenta, y lo llevan con sus gestos, con sus cantos, con sus oraciones. ¡Y es hermoso que en nuestra pequeñez, podamos ser testigos de Jesús, mi- sioneros de su misericordia, misioneros de su amor!

En la vida, como en ese viacrucis, todos tenemos un trabajo, una tarea. Jesús nos mira y se alegra de nuestro esfuerzo y del amor que somos capaces de trasmitir nosotros. Algunos de ustedes son artistas, hacen verdaderas obras de arte, que después se venden. Ser capaces de ganarse la vida es importante, porque el obrero merece su salario, pero creo que el bene- ?cio del trabajo es mayor para aquellos que reciben esos pequeños objetos, tal vez como re- galo, y ven todo el cariño que ustedes han sido capaces de poner en su fabricación. Qué im- portante sería que en la labor de cada persona fuésemos capaces de ver toda la ilusión de aprender, la paciencia de sus maestros para enseñarles, el trabajo en equipo que es capaz de hacer que las distintas capacidades de cada uno converjan en un resultado ?nal que es de todos. Y todo este amor, en una cosa tan pequeña… Parece increíble».

He visto, en una foto, que ustedes en su viacrucis llevan a Jesús cautivo. En esta imagen, Jesús tiene las manos atadas y una cruz bordada en un pequeño escapulario. Jesús se viste así para que nos demos cuenta de que muchos hermanos y hermanas que están a nuestro lado no se sienten capaces de hacer las cosas como los demás, y creen que tienen las manos atadas. Pero esto no es verdad, todos juntos, con Jesús, podemos hacer muchas cosas bue-nas. Y de esa forma ustedes son las manos de Jesús, cuando trabajan unidos. Son también sus pies, su voz, su Corazón, cuando salen a compartir con los demás la alegría de haberlo encontrado. ¿Y cómo? Dando gracias a Dios por sus papás, por sus hermanos, por sus maes- tros, por sus sacerdotes, por todas las personas que los quieren a ustedes.

El papa Francisco saluda cariñosamente a un pequeñp.El papa Francisco saluda cariñosamente a un pequeñp. - Foto: Vatican MediaLa cruz bordada, de colores, los invita a soñar con la resurrección. Jesús vino al mundo para enseñarnos el camino del cielo, para abrirnos sus puertas, y esta es la gran alegría que celebramos en la resurrección: somos libres para hacer el bien, para caminar juntos hacia esa meta. Y nuestra cruz —es decir, el esfuerzo, la paciencia, la fatiga— tiene como resultado una hermosa obra de arte, llena de color y de esperanza, que prendida en nuestro corazón nos da la fuerza y nos anima a seguir adelante.

Que este sea nuestro propósito, al menos para los próximos cincuenta años: trabajar uni- dos y agradecer llenos de gozo porque Jesús nos ha elegido para esta gran misión.

Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa, la Madre de la Esperanza, los cuide siempre. Y, por favor, no se olviden de rezar por mí. Gracias».

Atención a más de 400 personas . La Fundación Madre de la Esperanza de Talavera de la Reina atiende en la actualidad a más de 400 personas con discapacidad intelectual o del desarrollo y sus familias, en los diferen- tes servicios que han ido poniéndose en marcha a lo largo de estos 50 años para apoyarles de manera integral en su proyecto de vida: atención temprana, centro de educación espe- cial, centro especial de empleo, dos talleres ocupacionales, hogar de menores tutelados, cuatro viviendas con apoyos, servicio de capacitación laboral para personas con discapaci- dad, servicio de ocio inclusivo y voluntariado.

El papa Francisco conversa con el arzobispo de Toledo, Francisco Cerro
El papa Francisco conversa con el arzobispo de Toledo, Francisco Cerro - Foto: Vatican Media
Fue el Cardenal Marcelo González Martin, Arzobispo de Toledo, quien en 1973 puso en marcha en Talavera de la Reina un Centro de Educación Especial y unos Talleres ocupaciona- les para personas con discapacidad bajo la protección de la Virgen María con la advocación Madre de la Esperanza, en respuesta a la iniciativa de unas familias católicas que deseaban proporcionar a sus hijos con discapacidad intelectual un futuro de dignidad, de desarrollo personal y de plena inclusión en la vida de la sociedad. En estos 50 años de historia la direc- ción fue encomendada en primer lugar al Instituto secular San Bonifacio (1973-1998) y pos- teriormente a las Hijas de la Caridad (1998-2021). Actualmente los servicios de la Fundación son dirigidos por un equipo de profesionales, bajo la dirección general del sacerdote dioce- sano Felipe García Díaz-Guerra.