Ubican el teatro romano de Toledo en el Corral de Don Diego

Galán
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El arqueólogo Arturo Ruiz Taboada encabeza una hipótesis basada en la fosilización del entorno, su vista aérea o sus similitudes con otros teatros romanos. Ahora busca pruebas materiales que constaten sus hallazgos

La panorámica de la entrada al Corral de Don Diego muestra la curvatura de lo que sería la cavea del teatro y que según Ruiz Taboada mantiene vírgenes sus edificaciones. - Foto: Yolanda Lancha

Dicen que todos los caminos conducen a Roma, pero algo más complicado está siendo descifrar lo que en su día fue el Toledo romano. Hasta hoy los edificios más destacados de Toletum podrían reducirse al circo romano ubicado en Vega Baja y el anfiteatro hallado más recientemente en la calle Honda. De ahí que históricamente los investigadores hayan concentrado sus trabajos en buscar lo que falta como ciudad romana. Su teatro. 

La hipótesis más compartida en el gremio es la que dice que éste se ubica muy cerca del circo romano, concretamente, en el subsuelo del colegio conocido como Carmelitas. Francisco de Pisa vaticinó en el siglo XVI los vestigios que allí yacían como los de un «templo» romano.

Sin embargo, la actualidad trae hasta ahora una hipótesis que, como dice su propio valedor, «dará una vuelta radical a la concepción vigente del Toledo romano». Él es el arqueólogo Arturo Ruiz Taboada y lleva meses trabajando en la hipótesis que sitúa el ansiado teatro de Toletum en el entorno del Corral de Don Diego y la calle Tornerías. Lo considera así porque ve en este eje edificado «un espacio en esférico perfectamente conservado y fosilizado», pero habría que conocer cronológicamente sus hallazgos para entender mejor lo que plantea en este espacio del Casco Histórico.

El arqueólogo recrea el posible edificio con la fosilización de la fotografía aérea.El arqueólogo recrea el posible edificio con la fosilización de la fotografía aérea. - Foto: Arturo Ruiz TaboadaLos inicios de esta teoría nacen con pruebas de Ruiz Taboada en la fotografía aérea de Toledo. Es ahí cuando el arqueólogo observa la curvatura de lo que sería la cavea del teatro, aparentemente visible en la fotografía panorámica que ilustra este texto y apreciable desde la cuesta de la Mona, continuando por la calle Trastámara, hasta enlazar la bajada del Corral de Don Diego con la calle Tornerías. 

Esa fosilización «bien conservada» llevó a Ruiz Taboada a compararlo con otros de los teatros romanos hallados en plenos núcleos urbanos, como los de Venecia, Cádiz, Badalona o Huesca, entre otros. Y precisamente, con este último es con el que encuentra más similitudes. Pese a ello, el investigador toledano matiza que comparando el oscense con el del Corral de Don Diego, «el primero puede presentar una fotografía aérea más desordenada, pero aquí no», afirma.

Un aspecto que, a juicio de Arturo, suele ayudar bastante a la interpretación es la toponimia histórica del entorno, como ocurre en el del anfiteatro con las Covachuelas, por ejemplo. Por ello, su investigación también incluye el hallazgo de la calle Coliseo, a pocos metros de la cuesta de la Mona, lo que no le parece una mera casualidad.

A la izquierda el teatro romano de Huesca, a la derecha la vista aérea del Corral de Don Diego.A la izquierda el teatro romano de Huesca, a la derecha la vista aérea del Corral de Don Diego. - Foto: Arturo Ruiz TaboadaMás allá de este hecho o de la herencia cultural que posee el entorno, también elegido como Corral de Comedias en el siglo XIX, Ruiz Taboada «necesitaba más». Esto le llevó a usar el 'Mapa LiDAR', lo que traduce en un radar para encontrar una radiografía del subsuelo. Mediante el uso de esta herramienta, el arqueólogo encontró «la imagen de un abanico, es decir, un espacio desprovisto de edificaciones, un lugar que recoge las escorrentías del cerro y las lleva a la calle principal, que era Tornerías». En otras palabras, que el radar detecta el hueco de la escena del buscado teatro. Un edificio que tendría 90 metros de largo, dimensiones similares al teatro de Mérida.

Ennumerando como pruebas la identificación aérea, los paralelismos con otros restos de teatros romanos, la documentación histórica del entorno y el LiDAR, Arturo Ruiz Taboada se muestra más que convencido, a falta únicamente del hecho empírico final, «la prueba material». Taboada afirma que no tiene prisa para encontrarla, pero asegura que el entorno está lleno de sillares, quizás sacados de su expolio.

Todo lo expuesto son para Arturo Ruiz Taboada pruebas más fehacientes que las que muestran los artículos que sitúan el teatro en Carmelitas, porque «no se basan en nada» y cuya ubicación «carece de lógica» al estar tan alejado del centro de representación. La hipótesis que él defiende sí encajaría por su cercanía al foro romano.

Arturo Ruiz Taboada junto a la Cuesta de la Mona, donde se aprecia la curvatura de la cavea.
Arturo Ruiz Taboada junto a la Cuesta de la Mona, donde se aprecia la curvatura de la cavea. - Foto: Yolanda Lancha
Similitudes hay, pero el tiempo y sobre todo posibles excavaciones en el entorno dirán si Toletum mostrará al mundo su teatro romano. Al fin.

Arturo Ruiz Taboada dará más detalles sobre su hipótesis el próximo miércoles en la Biblioteca de Castilla-La Mancha, en un acto enmarcado dentro de un ciclo de conferencias organizado por la Fundación Ortega Marañón de Toledo.