El fiscal Justo Gallardo armó ayer unas conclusiones largas frente a los seis hombres y tres mujeres integrantes del Tribunal del Jurado. Empleó una hora y veinte minutos para desgranar las pruebas expuestas durante las tres sesiones anteriores por los testigos y peritos como apuntalamiento de la acusación contra Marian Toader, Jesús Moreno 'El mosca' y Alberto Jiménez. «Encajan como un puzle», aseveró con el rompecabezas como leitmotiv de su razonamiento. Al primero lo señala como el homicida de José María Sánchez Galán, un vecino de San Pablo de los Montes de 56 años que menudeaba con cocaína y marihuana en su casa de la calle Matadero. Hasta el 4 de octubre de 2020. Apareció golpeado y estrangulado, tirado sobre el costado derecho en un pasillo. El móvil: el robo de droga.
El representante del Ministerio Público, quien afeó las versiones contradictorias e incongruentes de los tres acusados durante el interrogatorio que abrió el juicio, mantiene que la causa de la agresión fue un vuelco de droga. Y recalcó la breve duración de cada intervención porque Marian, Jesús y Alberto sólo atendieron a las preguntas de sus respectivos abogados.
La Fiscalía acusa a Marian de un delito de homicidio y pide 15 años de prisión. Para los otros dos, solicita nueve años de cárcel como cómplices. El presunto homicida permanece desde hace casi tres años en prisión provisional; los otros dos quedaron en libertad el 26 de octubre de 2022.
El relato de la investigación nace a las 21 horas del 4 de octubre. Entonces, un guardia civil de paisano observa en Sonseca a los tres acusados mientras cenan unas patatas asadas. Una cámara de una sucursal capta a las 22:28 horas en la calle Barrio Nuevo al coche de Jesús Moreno, cerca de la carretera que conduce hacia Retuerta del Bullaque, lugar de residencia de los tres. Según la versión acusatoria, el crimen ocurrió unos minutos antes. 'El mosca', quien tenía recogidos en una propiedad a los otros dos, estaba enemistado con José María porque no le vendía droga, según sostuvo el fiscal.
Gallardo resaltó la prueba fundamental para ubicar a Marian en el lugar de los hechos: las tres huellas indubitadas aparecidas en el pasillo, a medio metro del cadáver. «Estuvo el día del crimen y dejó las huellas», aseveró. Basaba la acusación en la revelación inmediata del rastro durante la intervención de Criminalística en el lugar del crimen, el día 7. Ese afloramiento instantáneo se debe a que la impronta era reciente, de un máximo de dos o tres días.
La data del fallecimiento está clara porque estuvo con un amigo hasta las 20:30 horas. Y el novio de una prima segunda de la víctima halló el cadáver a las 00:45 de la madrugada. Este vio a dos individuos, que no reconoció, en las inmediaciones de la casa de José María
«¿Te vas de Sonseca a San Pablo a un chino a comprar gominolas y un red bull?», se preguntaba retóricamente el fiscal buscando la complicidad del tribunal del jurado para desmontar la versión de 'El mosca', quien afirmó que se quedó en el coche sin más. «Estaba esperando. Los otros dos se marchan y no dicen ni a dónde van ni a hacer qué», continuó. Y apostilló: «Es tan raro y tan surrealista».
El fiscal sostiene que 'El mosca' esperaba dentro del coche y que Alberto se bajó del turismo para vigilar. «Es una participación en el hecho pero menor», apuntó. «Marian es el más fuerte y violento de los tres», manifestó con una referencia al interrogatorio de Alberto, quien lo definió así.
Las alpargatas de José María quedaron en la entrada del domicilio; el cadáver apareció en el pasillo, a unos metros. «El plan era emplear la violencia pasara lo que pasara», recalcó con la hipótesis de que la víctima fuera sorprendida al abrir la puerta de la casa y empezara a recibir los golpes.
Por su parte, la acusación particular mantiene la petición de 22 años y medio de cárcel para Marian y Jesús por homicidio agravado por el desvalimiento de José María tras cuatro operaciones y afecciones pulmonares. «'El mosca' era quien lideraba la banda'», aseguró para acusarlo de cooperador necesario.