El turismo gastronómico no para de ganar adeptos en España. Un 86,5 por ciento de los viajeros nacionales reconoce haber realizado al menos un viaje o escapada de este tipo en los dos últimos años. Una oportunidad para los destinos más deseados, que buscan articular una propuesta rica y diversa para impulsar la competitividad de sus territorios.
Así lo revela el IV Estudio de Demanda del Turismo Gastronómico en España, elaborado por la consultora turística Dinamiza, que destaca que un 20,5 por ciento de los viajeros nacionales frecuentes son considerados turistas gastronómicos puros, es decir, seleccionan sus destinos motivados principalmente por su oferta culinaria, con el objetivo de realizar distintas actividades relacionadas con el disfrute en este sentido.
Este tipo de usuarios constituyen un segmento muy interesante para cualquier destino, ya que gastan un 30 por ciento más en restaurantes y otras actividades gastronómicas que los generalistas. Además, viajan cada vez con mayor frecuencia y lo hacen en distintos momentos del año, contribuyendo con ello a la desestacionalización de la actividad turística.
En concreto, estos viajeros en España realizan una gran cantidad de actividades que impulsan la economía de las regiones y ayudan a su desarrollo. Desde visitas a bodegas y mercados, hasta consumo en distintos tipos de establecimientos de restauración, compras de productos locales o participación en eventos gastronómicos, todo ello contribuye a este ecosistema turístico en desarrollo constante.
Según datos del mencionado estudio, para los viajeros nacionales un buen destino gastronómico tiene que contar con en primer lugar con una gastronomía singular y un relato propio (60,9 por ciento); una oferta de restauración de calidad (49,1 por ciento); la posibilidad de visitar productores locales (47,5 por ciento); comprar productos locales en mercados, comercios y ferias gastronómicas (47,5 por ciento); la existencia de productos de calidad con Denominación de Origen o Indicación Geográfica Protegida (41,4 por ciento); y calles con ambiente gastronómico (39,2 por ciento).
En relación con la oferta de restauración, los establecimientos tradicionales siguen siendo la opción preferida, aunque se valora de forma creciente las propuestas más innovadoras como los gastrobares y las distinciones en guías de prestigio (Michelin o Repsol).
Una aventura planeada
El informe concluye que el turista gastronómico es un viajero experimentado, exigente e hiperconectado con el mundo que lo rodea, que tienen en cuenta tanto recomendaciones de familiares y amigos como los canales digitales durante todo el ciclo del viaje (inspiración, planificación, información, reserva, recomendaciones).
En relación al ranking de los destinos gastronómicos favoritos de los españoles a nivel autonómico y provincial, el País Vasco lidera la lista de las comunidades preferidas por este tipo de usuarios, seguida de Andalucía y Galicia. A nivel provincial, los destinos más populares son, por este orden, Asturias, Guipúzcoa y La Coruña.
De la misma forma, se han estudiado los destinos preferidos de la demanda nacional para realizar algunas de las principales actividades gastronómicas, en orden de mayor a menor importancia. Así, para ir de tapas en este apartado destacan las comunidades autónomas de Andalucía, País Vasco y Castilla y León; para comer en buenos restaurantes Madrid, País Vasco y Cataluña; para visitar bodegas, La Rioja, Castilla y León y Andalucía; y para comprar productos locales, Andalucía, Asturias y Galicia.
Finalmente, los mejores lugares según los expertos para visitar mercados son Madrid, Cataluña y Galicia, mientras que para participar en fiestas y eventos culinarios los enclaves más populares se encuentran en Galicia, Andalucía y Madrid. Para comprar productos ecológicos, se recomiendan Andalucía y Murcia, y para hacer oleoturismo, también Andalucía, junto a Castilla-La Mancha y Extremadura.