La cooperativa Jaramontes representa a unos 1.500 agricultores de La Nava de Ricomalillo y de pueblos de alrededor como Buenasbodas o El Campillo de la Jara. «No tenemos aceite», comenta a este diario la administrativa, Rosa Molina. La fiebre por la compra de virgen extra ha disparado las ventas y agotado las reservas en esta almazara jareña. Ya desde julio, el trasiego de visitas y llamadas resultaba anómalo, incluso aunque la venta esté pegada a la carretera N-502, que comunica Ávila y Córdoba.

«La gente se ha puesto nerviosa», concluye Rosa por compras como 75 litros de aceite de una tacada. La cooperativa radicada en La Nava de Ricomalillo no es una excepción. La presidenta provincial de Asaja, Blanca Corroto, confirma la impresión de que la venta de aceite se ha disparado en una coyuntura de aumento de precio continuo en los supermercados tras una campaña pobre de producción.

«La gente hace acopio», describe Corroto, quien hace una llamada a la tranquilidad. En este sentido, detalla que la Cooperativa de San Miguel de Navahermosa, a la que pertenece, ha firmado unas ventas «brutales, más que en proporción a otros años».

Según informa la agencia Efe, los datos del Instituto Nacional de Estadística indican que el precio del aceite de oliva se ha incrementado en el último año en un 38,8 por ciento, aunque en el caso del virgen extra, el de mayor calidad, la subida supera el 227 por ciento. Detrás del desorbitado incremento de precios está la importante reducción de la cosecha sufrida esta pasada campaña, donde la producción ha caído alrededor del 50 % como consecuencia de la sequía. Y a eso hay que añadir las perspectivas poco halagüeñas para esta próxima campaña, donde se prevé una producción similar.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) denuncia que el aceite de oliva ha disparado su precio principalmente en el último mes y medio, con una subida del 15,4 % que ha llevado el precio medio de los 8,16 a los 9,42 euros y que en el caso de alguna marca se sitúa ya por encima de los 12 euros.

El encarecimiento del producto perjudica al sector olivarero porque cree que el consumidor puede pasar a consumir otros tipos de aceite pese a la tradición aparentemente inquebrantable de los españoles con el aceite de oliva. Como parte beneficiosa de este frenesí de compras, las cooperativas y almazaras obtienen unos márgenes de beneficio mayores por la compra directa embotellada que mediante la distribución a granel a mayoristas.

Corroto apunta que los compradores del aceite de la cooperativa proceden de la provincia de Toledo, Madrid o la Comunidad Valenciana, pero siempre con un vínculo con la localidad de Navahermosa.

Las cooperativas, que firman aproximadamente el 60 por ciento de la producción con el 40 por ciento restante para las almazaras privadas, obtienen la primera producción del año en diciembre, aproximadamente, por lo que muchas se quedarán sin reservas durante estos próximos meses.

La empresa privada Aceites Argés reconoce la anomalía de esta fiebre general por la compra de aceite de oliva y apunta que la población no quedará desatendida. «La gente está yendo más al origen», señala por la mayor afluencia en almazaras detectada ya en junio y recomienda comprar sólo la cantidad necesaria.