Alejandro y Luis salvan el alma de Fuentes

J.Moreno
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Dos treinteañeros reabren el bar de una pedanía en la zona más castigada por la despoblación. Con experiencia en vanguardia, triunfan desde agosto con la cocina tradicional

Alejandro y Luis salvan el alma de Fuentes

Alejandro Sánchez y Luis Carlos Jiménez, dos amigos treinteañeros con experiencia en la hostelería, se han liado la manta a la cabeza y han decidido invertir en una pedanía que suma apenas un puñado de vecinos en invierno. Se trata de Fuentes, un anejo de La Estrella, probablemente el municipio más castigado por la despoblación en una comarca vapuleada por el fenómeno.

Alejandro y Luis reabrieron el pasado 14 de agosto el bar de Fuentes, que había quedado huérfano después de ser el alma de esta pedanía desde hace muchos años. La familia de Luis procede de este tranquilo pueblo pegado a la Vía Verde de la Jara. «Vamos a intentarlo», comentaba a este diario Alejandro, un placentino experimentado en la cocina de vanguardia.

La Asociación Cultural Deportiva (ACD) de Fuentes figura como titular de un establecimiento al que los dos treinteañeros han hecho volver a los vecinos y veraneantes del pueblo. Migas, croquetas, morros en salsa o magro figuran en la tablilla del menú que mima la cocina tradicional de la comarca de La Jara. También hay hueco para la sepia, las hamburguesas o las gambas al ajillo.

La reapertura ha abrazado un éxito fulgurante e inesperado para los dos jóvenes. Tanto, que ya piensan incluso en aumentar la plantilla. La alcaldesa, la veinteañera Mónica González, figura entre la clientela del bar de Fuentes y resalta que la comida sea totalmente casera. «Es un atractivo para los jóvenes, y para la gente en general», destaca de la reapertura del negocio. Atribuye a Alejandro y a Luis la virtud de la valentía por «arriesgar y montar» un establecimiento.

La Estrategia contra la Despoblación en Castilla-La Mancha, alimentada por la Junta de Comunidades desde 2021, asigna a la comarca de La Jara la calificación más grave,  de extrema despoblación por tener menos de ocho habitantes por kilómetro cuadrado. La Estrella se ha desplomado en las últimas décadas; por ejemplo, entre 1986 y 2015, perdió el 67 por ciento de sus habitantes. Muy por encima del ya funesto porcentaje detoda la comarca jareña, con un 22 por ciento menos de población en ese mismo periodo.

Mónica está convencida de que el bar de Fuentes puede funcionar por la afluencia de allegados en las fiestas durante todo el año. Alejandro y Luis ven también la luz durante el duro invierno por la presencia de los cazadores. O incluso el pellizco de los senderistas camino de Guadalupe. «No va a ser tan duro el invierno», confían. De momento, el atardecer del verano ha iluminado a estos valientes treinteañeros.